La reina del mercado.
Con su sonrisa desdentada y un carro chirriante del que cuelga un manojo de perejil mustio, Enriqueta pasea cada mañana por el mercado de la plaza del Altozano; el de Triana; el de toda su vida; en el que jugaba cuando era una niña; en el que vio por primera y última vez a su...