Víspera de desahucio o los silencios de la casa
Hubo un tiempo, cuando yo era un niño pequeño y tímido que apenas hablaba, en que la casa estaba siempre bulliciosa. Ahora espero. Vigilo al escandaloso reloj de la mesilla. Antes de que suene, a las 6.59, lo apago con cuidado. No quiero que rompa el silencio sin vida de la casa. Hace tiempo que...