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I Concurso de Relato Breve «El dios Tecnología» 
Concurso finalizado. El resultado final del concurso y la asignación de los premios se ha determinado el día 30 de marzo de 2013. Puedes acceder aquí al contenido del fallo y el reparto de premios. Paralelamente hemos realizado una valoración de esta primera experiencia de concurso abierto y participativo que ha resultado un rotundo éxito: casi 600 originales a concurso, más de 15.000 votaciones contabilizadas, y lo que a nuestro juicio supone el mayor logro: más de 124.000 lecturas de los relatos a concurso y numerosos comentarios cruzados. Las luces y también las sombras de esta convocatoria se incluyen en este documento de valoración que incluimos aquí.
Aprovechó el reflejo neutro de la pantalla para atusarse el flequillo, a la espera de que se encendiera el dispositivo. Una vez conectado, abrió directamente Flickr y se registró: usuario: d.heres / contraseña: hacheocho Echó un vistazo rápido y seleccionó la primera de las galerías, titulada “Gilipuertas”. Al parecer le gustaba poner títulos de novelas...
Llegaste a mi vida siendo una maravilla, naciste de la tecnología. Te vi y te sentí, besé tu monitor y acaricié tu mouse, toqué tus teclas y te encendiste al presionar con mi dedo tu botón. Un día por la noche, sin planearlo, tu CPU sobre mi cuerpo recorrió cada pixel de mi piel, en...
Cien años durmiendo resultaron en un caótico despertar que se alargó semanas. Así, un lunes encapotado que sus párpados se abrían, sus ojos no miraban. Un martes ventoso que le picaba la nariz, su mano rascaba el vientre. El viernes gris que las palabras quisieron volver a salir, el cuello se apropió del papel de...
“Trabaja sin descanso, todos los días de tu vida, mientras tengas fuerzas”. Con una consigna así no es de extrañar que Seferino Sansegundo llegara más lejos de lo que cualquiera hubiese imaginado. No conocía la melancolía, ni se permitía perder un minuto en evocaciones y nostalgias. Solo los hechos podían conmoverlo. Eso sí, pasada la...
Había llegado el día. Desconocía la hora y el momento exacto, pero lo fundamental es que el día había llegado. Klaus se lo tomó con calma. Una calma fruto de la resignación y la costumbre. Asimilarlo cuando uno toma conciencia de sí mismo había sido duro y después asumible de la misma forma que lo...
Gabrielita nunca logró saber a qué dedicaba el tiempo su madre después de darle un besito de buenas noches y ponerla a soñar. Era muy pequeña para comprender cosas de adultos, aunque sus vidas truculentas le intrigaban. Por supuesto que no creía tener unos padres excepcionales, al igual que Martina, Chloé, Latiffa o Charlotte, sus...
Por fin había llegado el día. Hacía ya casi un año desde que comenzaron a escribirse a través de internet, y no veía el momento de concretar una cita en el mundo real.<?xml:namespace prefix = o ns = «urn:schemas-microsoft-com:office:office» /> La quería, la quería mucho; más de lo que nunca sospechó que se pudiera querer a...
—¡Apaga la luz! Federico está emocionado. Ha entrado corriendo en la destartalada habitación hecha con tablas sueltas colocadas con sus propias manos. Su hermana Casilda se asusta y a la vez se alegra al ver a Federico entrar tan de repente y con una enorme sonrisa en su cara. —¡¿Qué pasa, hermanito?! —pregunta la niña...
Hoy me encuentro solo en casa, con mis pensamientos y mis culpas en una batalla campal sin tregua por no poder retroceder el tiempo y, solo tengo diez años. Mi principal conflicto es con Mario, ese que salta en busca de premios y pases para llegar a la meta, pues mis ganas de jugar me...
Oli está cansada, se siente mayor y necesita parar más a menudo, pero a Pedro eso parece no importarle. No se da cuenta de que los años no pasan en balde. Ella es consciente de que la relación que existe entre ellos ya no es sólo laboral, no sabe si llamarla sentimental; palabra muy denostada...
Saludos a todo el Orbe. Permítanme presentarme, soy Dios. Sí, el de verdad, con “d” mayúscula, tal y como les gusta escribirlo cuando se refieren a mi persona. No se asusten, no es necesaria la reverencia, a fin de cuentas, estoy hecho de la misma materia que hustedes. Ops, disculpen, ustedes sin “h”. A veces...
El frigorífico está cerrado. Y el simple hecho de estar así, impávida frente a la puerta aséptica y fría del estúpido electrodoméstico, me provoca una impotencia desbordante y no puedo contener las lágrimas. -Quiero chocolate –murmuro. No lo hay. El sistema que controla mi dieta y mi frigorífico ha descartado esta semana los alimentos hipercalóricos...
