Viaje en hamaca (hacia la profundidad del ser)
Desde muy temprano, Juana , estuvo ausente. Sus pies andaban, sus pasos sonaban, sus manos hacían, pero ella no estaba. Cada tanto, se detenía en el oscuro pasillo, frotaba sus ojos enrojecidos por el llanto, y escudriñaba el jardín a través del ventanal salpicado de rocío. Los macizos de margaritas, lavandas y azucenas, ocultaban una...