El creador de tiempo – entre puños y tic-tacs –
«Cada engranaje lleva su tiempo. Cada resorte, su pulso”. Con este mantra personal y atemporal, Severino se acomodaba cada mañana en su raído sillón de cuero, antes de preparar la maquinaria de sus dedos con los que tejería y crearía tiempo. Con una única luz cenital anaranjada y gran penumbra en el resto de la...