El espejo de los sentidos
Se acomodó delante del espejo y se miró. Las dos marcadas arrugas forjadas por miles de risas que enmarcaban su boca, le recordaron sus momentos más felices. Acarició sus finos labios decolorados por el tiempo, quizás gastados de tantos besos regalados. Continuó contemplando su rostro, ahora se detuvo en su respingona nariz, cerró los ojos, inspiró...