ES SOLO UN EPISODIO
Corro. Las lágrimas brotan. Las trato de quitar de mis ardientes mejillas, pero solo logro untar el lodo dejando disformes manchas negras. Tropiezo y pierdo una sandalia. Paro. Retrocedo para levantarla y, de nuevo, mi mirada choca con mi filosa rótula, sucia y sanguinolenta. Expulso un desesperado clamor, un rugido y mis dientes empiezan a...