Por si algún día yo no estoy
Llevaba más de tres horas conduciendo y el cansancio acompañado de hambre comenzaba a hacer mella en mi cuerpo. Decidí que pararía en el siguiente pueblo para recuperar fuerzas. Poco a poco fui menguando la velocidad hasta quedar detenida ante lo que parecía ser un restaurante familiar sin mucha clientela. Había una mujer sentada en...