Infierno
Si al vivo le importa un bledo la ley, al que tiene la tumba de frente, ¿qué?; morir es ilegal —salvo cuando se es pobre, naturalmente—, y estaba ya mi mujer por expirar, ¡la guarde Dios!, cuando esos franciscanos de sotanas de cobre y hierro vinieron a darle la unción de los enfermos. Le taladraron...