Dos corazones, una ilusión.
Ya te vas, con el corazón herido, arrastras tus maletas por el andén como si arrastraras tus penas raspándolas contra el piso para dejar en él tu dolor. Yo corro por el mismo andén buscando otra cara que también se va. Te alcanzo, y antes de rebasarte choco contra dos sujetos que corren en zigzag con sendas maletas en las manos y disparando...