Hoy cumple 7 años. Lucía se levanta de un salto y hace apresuradamente su cama. Después de desayunar se asoma por la ventana. El olor de la madreselva es especialmente dulce esta mañana. ¡Por fin mamá la va a llevar a la playa!

Salen de casa y van a la estación. Cuando suben al tren los nervios le hacen burbujitas en la barriga, ¡espera no marearse este día! A medida que el tren coge velocidad su imaginación vuela y se adelanta.

El tren se detiene. Bajan y desde la estación oye unos graznidos extraños, ¡son gaviotas! Su madre le coge la mano y empiezan a andar por las calles del pueblo.

Al girar en la útima esquina, la brisa la envuelve. Trae consigo gotitas de espuma salada, se le meten por la nariz, le hacen cosquillas y estornuda. Le humedecen la piel y se le eriza el vello de la nuca. ¡Qué feliz es!

Están en una playa de piedras, el agua las mueve rítmicamente produciendo un estruendo musical. Las olas las arrastran hacia sí y luego las devuelven produciendo un sonido cuya intensidad le revela la inmensidad de ese mar que tanto ansiaba conocer. ¡Qué maravilloso sería poder verlo!

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