El día perfecto.
Era el día perfecto, uno de esos plomizos días de noviembre que le encantaban. La lluvia fina empapaba su cara y un suave viento del norte susurraba su destino. Sentado en un banco, su mirada empañada se perdía en tiempos mejores: La sonrisa de su mujer, los rizos de sus pequeñas, los paseos con su...