Mañana tras mañana.
Quedan seis minutos. Para el próximo, trece. Como siempre, avanzo hasta el final del andén. Desde laesquina, observo en silencio. Ella está nerviosa, a él le espera otra jornada agotadora, a aquel de enfrente hacía tiempo que no me lo cruzaba, me alegro de que vuelva al día a día, armado con maletín, chaqueta y...