Desgracia con suerte
Desde el andén vi pasar mi tren por precaución no lo tomé, minutos más tarde se descarriló.
club de escritura Fundación Escritura(s)-Fuentetaja
702participaciones
Cuentos para el andén: convocatoria abierta de Microrrelatos Una convocatoria abierta para elegir a los 3 microrrelatos invitados que formarán parte del número de octubre 2013 de la revista Cuentos para el andén.
Ya tenemos el resultado del concurso:
GANADOR: Peces, presentado por Elena García Sánchez
FINALISTA: La Estrella del Norte, presentado por Daniela Rafael
FINALISTA: Último aviso, presentado por Teresa Garrido Pellicer
Desde el andén vi pasar mi tren por precaución no lo tomé, minutos más tarde se descarriló.
No sabía cuánto tiempo llevaba aquí. Hay muchos como yo, observando desde el andén. Perdidos. Deslizándose como sombras entre la multitud. Y de repente la he visto, sólo un destello a través de la ventana del tren. Como un impacto de bala donde estuvo mi retina. Como un flash. Me he visto con ella cruzando...
En un andén del tren ligero, comenzó la amistad de dos perfectos desconocidos. «tienes un cigarrillo». Fue lo primero que uno de ellos dijo; importándoles poco el anuncio de «No Fumar». El otro esbozo una sonrisa, al momento que sacaba una cajetilla de la bolsa derecha de su pantalón. Ahí comenzó su amistad. De un...
En la barra del <Café los Tangos>, vaciando a tragos cortos y espaciados media botella de aguardiente mientras divagaba con las viejas y tristes letras de las tradicionales melodías argentinas, ¡música celestial! en “la ciudad más innovadora del mundo”, reconocí mi propia angustia existencial en el rostro compungido de un hombre al borde del llanto...
Dos años han pasado y, para esta ocasión especial no visto de fiesta, mi rostro no tiene maquillaje y mi cabello no está peinado. Estoy lo más sencilla posible; así como me conociste. Solo tengo puestos mis jeans, las botas, la camisa. El cabello al aire y una sonrisa suelta. Este momento no merece nada...
Si rojo, capaz que el bolso lleno de miércoles, sonámbula y pintalabios, leyendo en la pared del vagón uno de Ángel González como si del suplemento dominical, dejando que se vayan las estaciones a donde van las estaciones cada vez que un túnel y otro túnel. Si verde, el pelo amarrado de cualquier modo a...
—Usted siempre está aquí, ¿verdad? —Solo cuando llega. Me gusta verla bajar del tren desde el andén. — ¿Quiere usted que hablemos? —No, no. No se debe romper con sonidos el encanto de una imagen. —Tiene razón. Lena, sonriente y oronda, taconea hacia la salida. También a ella le gusta verle al llegar. Es tan...
Galego O vagalume vermello Onde intercedían as liñas de ferro escintilaba un vagalume vermello. Reducín a velocidade para non pisar aquel sol, para poder continuar a viaxe. Para que, dende o andén, a xente me despedira cargando a súa equipaxe. Castellano La luciérnaga roja En donde intercedían las líneas de hierro brillaba una luciérnaga roja....
Madre querida: He decidido marcharme. Lo que tanto temías sucede por fin, me duele el alma al comunicártelo, aunque no solo por eso. No he tenido valor para hacerlo a la cara pero tú ya lo intuías ¿verdad?….. ¿Recuerdas cuantas noches, tras la cena, nos miramos en silencio, ocultando nuestros pensamientos?. Tengo que confesarte mis...
Llueve en tu barrio y en el mío, tanto que no se puede salir. Vuelves a llamar, dices voy para allá en coche. Te veo acercarte desde mi escalón como desde el andén, por la calle mojada. Delante de la puerta cuelgas riendo. Entras, lo que más te gusta es la trastienda…vale venga paramos...
Una mañana lluviosa, en aquel vagón casi vacío, sentía liberar la sombra del pesimismo que me ahogaba desde hacía tiempo. Necesitaba ordenar mi mente observando la vida a través de la ventana, imaginando la mía en una vorágine de imágenes superpuestas, haciendo de ella un largometraje en cada cambio de escenario; mezcla de ficción y...
El día es triste como la mirada de un niño perdido, sin rumbo. Las paredes son muy frías cómo una noche de invierno… Me encuentro en el túnel de mis miedos, y mi soledad me acompaña en este sombrío camino, por el que voy sin fe, sin esperanzas ni lazarillo, sin el quinqué de luz...