Mareas
La playa. Para mí era un infierno, el viaje. Todos los veranos sucedía lo mismo, desde mis primeros recuerdos. Cada día había que coger un tren con asientos de madera, escalones desgastados y metálicos y olor a orín. Lo que más me gustaba era ver pasar las estaciones desde la ventanilla, pequeñas casitas con un...