Despedida irrelevante en un descansillo
– ¡Qué ricos los tamales, Lili! Me los cené como si no hubiese comido nada en todo el día, y eso que el guiso de mediodía también te quedó buenísimo. ¡Me puse morada! Muchas gracias, cari, eres un amor. – Un gusto, señora. Me alegro mucho de que le gustasen. Otro día que hagamos le...