Expediente 97
“Por favor, sea breve”, dijo con sequedad la chica ajada y de color gris que se asomaba tras la minúscula ventanilla. “Pues no sé cómo”, pensé yo, sin poder ocultar mi cara de asombro. “Por favor, sea breve”, repitió ella como una autómata muy bien programada. Balbuceé algo ininteligible, sin saber muy bien por dónde...