Musa insospechada
Elena añoraba el tacto del papel virgen y el caos de las palabras. Ella era un lienzo en calma. Era una mañana de otoño gélida; mis manos cálidas albergaban el elixir que quizá un día sería su cura. Me acerqué a la cama y deposité sobre su pecho un cuaderno con cobertura de hoja de...