La culpa interminable
Y entonces, boom. A Sancho, lo apuñalan por la espalda. Habías tratado de salvarlo de la muerte en tantas ocasiones. Era necesario, sin embargo. Inevitable. Aún así, la culpa te recorría el cuerpo como si te hubiera mordido una serpiente. Joder, Sancho estaba muerto. Pero entonces, cogiste el ratón e hiciste click y volviste a...