Los Antiguos Creadores de Estrellas

Los Antiguos Creadores de Estrellas

Kelpo M

07/01/2020

Los Antiguos Creadores de Estrellas

Primera Parte

Tim

I Llum

Con la mayor lentitud posible, y a concentración máxima, el crucero espacial Gamma-GX34 se preparaba para entrar en contacto con la estrella más grande y roja de la galaxia ZN212. Los tripulantes debían estar en sus posiciones para evitar una catástrofe, acercarse a una estrella inmensamente grande era una de las cosas que uno no desea jamás, sin embargo, los encargos son encargos.

«Llum» era el nombre puesto hace centenares de años atrás por gente antigua, que trazó las líneas cósmicas para que todo ser en el universo no estuviera sólo ni arrinconado,de aquel astro. Estos seres se llamaban así mismos «Creadores de Estrellas» que un día simplemente se fueron y desaparecieron. O al menos eso dicen las leyendas.

El capitán de la nave habló con su voz profunda y firme. «Quiero que todo el fuego esté en contención. No debe haber ninguna fuga o estaremos muertos antes de que las compuertas se cierren para poder partir.» Todos trabajaron a prisas. La operación no era muy difícil, pues tenían que dar vuelta a la nave . Tenían que abrir las puertas traseras del crucero, mejor dicho, de la caja de carga. (Un crucero espacial Gamma-Gx34 es parecido a un gran trailer. En la parte de enfrente con gran similitud a un transbordador espacial, con la nariz de la nave achatada y negra; los pilotos y responsables, Capitán, Guía, Maestre, Jefe de armas, Ingenieros, en la parte frontal y el resto de la tripulación repartida en la parte trasera. Donde el transbordador termina se encuentra la gran caja de carga, donde todos los materiales espaciales son almacenados. Esta caja no es parte de la nave, sino, como en un trailer, unida por ranuras especiales. )

La compuerta enorme se abrió, una gran rampa descendía hasta tocar el magma. Unos hombres con trajes abultados color plata, llevaban cajas de cristal, palas y picos. Caminaron por la superficie estelar unos metros y empezaron a picar. Las chispas rebotaban por todos lados. Picaban duro y exacto. El magma en la superficie es una especie de gelatina, se puede caminar sobre este pero no se puede tomar, los picos, así como las palas, funcionan como cucharas para separar el pedazo que se desea y poder transportarlo.

Picaban, recogían con la pala y vaciaban en magma estelar en los contenedores de vidrio. Llenaron unos cientos y volvieron en fila hacia la gran caja de carga.

La caja de carga se cerró. La nave estaba lista para partir, sin embargo, los motores no se encendieron. Y la nave quedó flotando en las cercanías de Llum por una rotación completa, es decir, quince días.

II .–. . .-.. .. –. .-. — .-.-.

Un mensaje llegó a la pequeña nave «FLOATH III», donde el único tripulante lo ignoró un par de horas, el cansancio lo había vencido y el sueño le hizo compañía. Al despertar, Tim reprodujo el mensaje. Era muy poco claro y corto. 12 segundos de interferencia se oían. La basta experiencia de Tim le habían enseñado que los mensajes cortos eran de ayuda, pero no de ayuda vital, sino de remolque para naves varadas en el espacio. Un verdadero mensaje de auxilio sería emitido rápidamente a las estaciones centrales de seguridad espacial, repartidas a través de todo el universo por los Antiguos Creadores de Estrellas (A. C. E).

La interferencia no era problema. Seguramente el mensaje provenía de una gran estrella, estas emiten grandes niveles de magnetismo, causantes del problema. Revisó si tenía algún pendiente por entrar o podía ir a dar apoyo a quién lo necesitaba. «No. Nada. Creo que remolcar a esos náufragos me cubrirá la cuota de hoy». Pensaba mientras la agenda digital mostraba espacios en blanco en sus horarios de trabajo. «Bien, en marcha.» Fijo el curso a donde provenía la señal y se dirigío a ahí, un par de minutos y estaría ahí.

Nunca había visto un crucero Gamma-GX34. Quedó boquiabierto con las dimensiones. Era fantástico. Simplemente una obra de ingeniería en todo su esplendor.

«Respondiendo llamado de auxilio. Favor de abrir compuerta para dar abastecimiento»

La compuerta se abrió. Tim pudo llevar su nave dentro. Aterrizó. Se dispuso a bajar, sin embargo una señal de alerta lo obligo a detenerse. «Precaución. Bajo Nivel de Oxígeno.» Tim se colocó una mascarilla de oxígeno, un pequeño tanque que cargó en la espalda y por fin descendió.

Los pasillos oscuros de la nave eran la señal de que la fuente de alimentación tenía daños severos. Tim sacó un pequeño gadget tecnológico (una tableta electrónica, sólo que muchísimo más avanzada, pequeña y ligera), descargó los planos de la nave y trazó una ruta hacia la sala de sistemas. No era raro que no encontrase a nadie, muchas veces las naves quedaban solas y la tripulación usaba las naves de escape, todo el cargamento quedaría en manos de algún remolcador, como Tim en este caso. Al tener energía suficiente Tim podría revisar qué había sucedido en la cabina del capitán y los pilotos, al otro extremo de la nave.

Una pequeña lámpara en la mascarilla iluminaba sus pasos. Tardó un poco en llegar a la sala de sistemas, generalmente se localizaban hasta el fondo de la nave. Llegó. Las puertas se abrieron lentamente, una clara señal de que los sistemas de emergencia estaban por agotarse. Inspeccionó de dónde provenía el fallo y al notarlo no tardó en dar con el diagnóstico. «Claro, los sistemas colapsaron por la radiación. ¡Vaya que estos ingenieros no dan una con las grandes estrellas!». Era un error común, los ingenieros no pilotan naves y al no tener conocimiento de los sistemas no saben lo frágil que son en tanto a campos de interferencia, llámese magnetismo, radiación, electromagnetismo, etc.

Hacer una converción no le era difícil, sólo debía redirigir la fuente principal y hacer los cálculos necesarios para hacer la equivalencia de energía necesaria. Suena complejo, pero básicamente es reiniciar una computadora.

Con la energía restablecida Tim vio los aspectos técnicos de la nave, la bitácora del capitán y la ficha técnica del trabajo en curso.

Nombre de la Nave: Hock

Tipo: Crucero

Capitán: Umus Eus Hock

Cargo: Magma estelar/solar

Prioridad: Sin Prioridad

Anexo: Último mensaje. Clave Morse. Peligro.

«Peligro» susurró Tim y un ruido proveniente de la caja de carga lo puso en alerta.

III El ser de Fuego

Los pasillos de la nave se hicieron largos y estrechos. Tim corría a toda prisa. No sabía qué estaba sucediendo, sólo quería salir de ahí. No tuvo tiempo de revisar las últimas grabaciones de los tripulantes, que corrían despavoridos por todos lados mientras una mancha negra que captaba las cámaras se abría camino. La caja de almacenamiento hizo más y más ruido y un rugido provino del fondo, seguido de un ruido pesado. Era una criatura. Una criatura de magna de fuego. Parecía un perro enorme, solo que tenía seis ojos, dos enfrente y un par a los lados. Babeaba magma, los comillos puntiagudos y el humeante hocico acompañdo de sonidos guturales eran la señal de un depredador imparable. Olfateo a Tim, puso sus enormes patas en acción y corrió a través de la nave, sus pisadas dejaban el suelo en llamas.

Tim no tenía idea de cómo lucía su perseguidor, pero sabía que era demasiado peligroso. Estaba a punto de llegar a su nave cuando algo lo detuvo. «¡Ayuda, ayuda!» gritó un tripulante mientras lo jalaba y lo alejaba. Tim quizo decir algo pero el tripulante era demasiado fuerte, era claro que estaba aún traumado por el encuentro con la criatura. Seguía gritando y Tim forcejeando hasta que una luz incandescente iluminó el pasillo. Una garra de fuego destrozó al tripulante que sólo pudo dar alaridos de dolor. Tim volteó y vio al ser que engullía al cadáver salvaje y violentamente.

El depredador puso la vista en Tim.

Abrió sus fauses, era como un horno. Llamas rojas se veían am fondo de su garganta, pudo ver los brazos que se calcinaban. De pronto el animal retrocedió. Tim no dudo y corrió. Los gritos de furia de la criatura se hicieron más fuertes. Y es que el sistema de apagado de incendios se activó en ese instante. Una ligera briza de agua no le hacía daño a la bestia, sin embargo el vapor lo había cegado momentáneamente, dándole a Tim unos pequeños segundos.

Tim subío a la nave, la puso en marcha y se fue a toda velocidad. Miró por sus monitores al ser, que ahora era más grande, tenía la melena de un león, un león gigante y de fuego, totalmente rojo que esparcía las llamas por toda la nave.

Tim puso el piloto automático. Las manos le temblaban. Se llevó las manos a la cara. Aún tenía la máscara. Cuando retiró las manos pudo ver huellas de sangre en máscara, sangre del tripulante que había sido destazado frente a él. Tiró la máscara lejos y lloró, sentado en un rincón del cuarto de navegación.

La pequeña nave cursaba el espacio sin darse cuenta de la amenaza invisible que lo seguía pues el ser de fuego iba detrás.

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