¿De qué sirve querer-te?
La noche brilla, mientras la luna rocía a todas las personas de sueños y deseos llenos de color, pero al parecer a un individuo que va caminando entre algunos callejones no puede llenarse de ese color.
Caminando con una mano entre los bolsillos de un hermoso vestido, con la cabeza en alto, se detiene un instante para admirar al cielo. Con unos ojos grandes y de color profundo dice:
–Parece que va llover -saca un paraguas de color azul oscuro de su cartera y lo abre.
Sin añadir nada más en su soledad, con unas botas altas sigue su trayecto mientras la lluvia empieza a caer con algunas luces de fondo titilando.
Después de algunos minutos, llega a la entrada de una casa moderna con unas escaleras indicando la entrada. Cuando esta por entrar escucha decir:
-Verena… -suelta débilmente el nombre que pronuncia como si se le hubiera escapado de entre sus cuerdas vocales.
Verena se da la vuelta aun con el paraguas en mano para ver quien la llamó, cuando ve el rostro del hombre una mezcla de emociones la inundan: dolor, melancolía, amistad, duelo, pérdida…pero a pesar de todos esos sentimientos siente como su corazón empieza acelerarse con tan solo verlo.
El hombre ve cómo los ojos de la hermosa mujer lentamente empiezan a cristalizarse, pero ella simplemente le da la espalda y sigue adelante.
Él, sin querer volver a perder la oportunidad, se acerca acelerando el paso hacia a ella para sujetarle la mano, logra agarrársela pero ella sigue sin mirarle a la cara. Entonces le da la vuelta y la agarra por los hombros.
–Perdóname, no sabes lo que me arrepiento de lo que pasó –luego de decirle estas palabras la abraza de inmediato.
–¿Qué quieres? -se suelta de su abrazo y le mira fríamente –¿Crees que después de todos estos años puedes volver y ya? ¿Qué pretendes Raz?
–Yo…entiendo que es posible que fuera duro para ti, pero también lo fue para mí –dice mirándola a los ojos.
–Tardé mucho tiempo para poder aceptar que me abandonaste sin decirme una palabra cuando te buscaba, ¿en serio me vas a decir que fue duro para ti?
Sin darle chance de protestar le sigue diciendo:
–Te parece normal que entre dos personas que se llevan bien una de ellas empiece ignorar a la otra y dejarla con un montón de pensamientos? Que cada vez que intentaba comunicación solo le ignoraba? No quiero tener ya nada que ver contigo, llegas demasiado tarde.
–Entiendo que te sientas así, pero ahora soy consciente, quiero enmendar nuestra situación.
–¡Pues yo no! De qué sirve volver a quererte.
–¿Quererme tu? Solo jugabas con mis sentimientos y me ilusionaste –la mira fijamente a los ojos.
–¿Acaso alguna vez me preguntaste? ¿Hablaste conmigo para aclarar los malentendidos? No, solo preferiste irte. Es cierto que estuve con otras personas, quería saber como es de verdad querer a alguien, quería conocer bien mis sentimientos. Pero tú preferiste dejarte llevar por lo que te decían tus amigos y juzgarme, lo hiciste tú y lo lograste, hasta te desapareciste de mi vida. Dijiste muy claramente que no querías saber nada de mi.
Antes de volver a decir palabra le mira con tristeza para decirle a aquel muchacho que tanto anduvo por su mente.
–Hace mucho que marcaste nuestro final, ya no tiene remedio y no quiero volver a relacionarme con una persona que a pesar de que sabía que me hacía daño prefirió hacerlo. Vete, por favor.
Verena se suelta de la mano de Raz y sube las escaleras, le dice a los hombres de seguridad que contrató que si el chico no se va en 10 minutos que tomen medidas al respecto.
Desde las ventanas de su habitación miró por última vez a ese chico, para luego cerrar las cortinas.
Y por parte de Raz, se queda mientras la lluvia lo baña y con la mirada perdida mirándola marcharse sin poder hacer nada.
Lo que alguna vez fue una relación bonita, por problemas de comunicación quedó en puras cenizas, y por el camino lastimó a esos dos corazones que en algún momento palpitaban el uno por el otro.
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