Escribo de la nada, de nada, para nada. Escribo de muerte, de fiestas, arrojo palabras a la habitación obscena del papel, a la perversión de mi tinta; y de aquella orgía sublime surge mi aliento. El grito berborreico de la angustia frustrante desaparece, se evapora. Surge la semilla alegre germinante de deseo, de pasión, se...
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