Es terrible lo cómodo y atrayente que es la nostalgia, los vivos recuerdos que merodean por tu mente como ese huracán veraniego que trae frescor y desgracias, me imagino yaciendo en la hierba feliz de ver sus ojos, aunque oscuros, iluminaban hasta la última grieta de mi piel, yo andaba embriagado por la codicia y la pobreza, y ese recuerdo ahora me quema, la nostalgia es brisa de fresco fuego, fuerza del frío viento, enfermo tan solo de pensarlo, ahora mis brazos son balanzas y en mis manos sostengo un puñal y el amor, o muere el cuerpo o muere mi alma, yo prefiero acabar con los dos y que nadie comunique el lugar donde descanso porque no quiero ir al cielo donde de lejos la veo y tampoco al infierno donde con su imagen me torturan, pero tampoco quiero estar vivo, en ese lugar no la tengo y mis recuerdos atacan mi pecho, quiero la tranquilidad del limbo. Me pido perdón por estos pensamientos pero es culpa del viento que silba promesas no cumplidas y engaña a mis lágrimas con falsas esperanzas.

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