¿Hay Mañana?

¿Hay Mañana?

TomasThesok

27/11/2019

Primera Parte, Capitulo I: La Gran Explosión

Prologo.

El cielo se cae. Escucho llantos de bebe, y no son agradables.

¿Hace calor? ¿Hace frío? solo sé que llevo un buzo y jeans largos, que tenían bastante tiempo de uso. La tranquila mañana de otoño es atacada con… ¿lluvia?

Mi madre, mi hermano… ¿dónde están? quizá ya habían huido, quizá están entre los escombros, esas gotas de «agua» son como balas.

Las luces provenientes del cielo son como mil soles alumbrando a un pequeño pueblo, alejado de la civilización. ¿Es el ejército? ¿Son invasores de países lejanos? ¿Son o no humanos?

Las preguntas invaden mi cabeza mientras yo corro los escombros en busca de mi familia, en busca de mis cosas.

Un estruendo proveniente de la plaza principal aturde mis oídos, los oídos de todos creo, el cielo oscurece de repente y la lluvia cesa. Agarro las cosas indispensables para mí, con esperanzas de que mi familia ya esté lejos, y comencé a caminar hacia donde el estruendo había sonado. ¿Es una bomba? si lo era, ¿provenía del cielo? o ¿alguien la habría plantado allí?

Los llantos de bebe provienen de un auto que había chocado contra el árbol que esta frente a mi casa. Me acerco a verificar lo que creí que estaba pasando.

El niño esta atrás, con su silla especial, que mira para la ventana trasera, adelante quien creo que es su padre estrellado contra el volante de su auto. Su cara destruida, su volante y ropa llenos de sangre…y su niño solo y asustado.

Por más que lo creo una locura, algo de lastima sale dentro de mí, agarro al niño de su sillita y reviso en el baúl del carro para ver si encuentro algo útil. Al abrirlo veo pañales de bebe, leche en polvo, botellas y botellas de agua, y un bolso con ropa.

Recojo el bolso, pañales, tres botellas de agua y varios paquetes de leche en polvo.

Llego a la zona donde había escuchado el estallido. El lugar está destruido.

Cadáveres donde mirara, sangre y polvo. No quiero mirar fijamente a ningún muerto, no quiero reconocer a nadie, no quiero llorar por nadie.

Él bebe se duerme en mis brazos, en ese momento yo también quise dormir.

Mi instinto me dice que vaya al centro del pueblo, quizá sobrevivientes se reunirían allí, quizá mi madre y mi hermano estuvieran allí, quizá mi padre estaría allí después de tantos años.

Sonido de estallido en la plaza principal, gritos desaforados, mi cuerpo inmóvil, todo oscuro, Un vacío en mi interior, profundo, infinito. La impotencia de no poder volver el tiempo atrás, ¿La decisión equivocada? ¿Una mala jugada?

¿Llego el final?

Capítulo I

Sudado y asustado desperté, ya dos semanas seguidas con este sueño.

Es increíble como la mente sueña, como la mente crea e imagina, esta pesadilla era repetida, y ya me asustaba.

11 de abril decía el calendario, un otoño muy fresco, el más fresco que yo recuerde, y esa mañana no era distinta

Me levanté hacia el baño, y comencé a ducharme.

«hoy es la prueba de ciencias, ¿qué me salvara de reprobar?»

El timbre de la entrada sonó, rápidamente salí de la bañera, con una toalla rodeando mi cadera me acerqué hasta la puerta y grité

-¿Quién es?

Hubo silencio del otro lado. Otra vez sonó el timbre, ¿Por qué demonios no contestaban? Gotas de agua recorrían mi cuerpo, y comenzaba a tener frio, ¿A quién se le ocurre venir a esta hora?

-¿Hay alguien allí?

Nadie respondió, fui a mi habitación a vestirme, el frio era incomodo, y no quería resfriarme. Debía ir a abrir la puerta, para ver quien estaba del otro lado. Mi casa era un lugar pequeño, eran unos pocos metros de la entrada principal a mi habitación, quizá debí haberme apurado.

Me puse un jean viejo, que usaba solo cuando sabía que iba a ensuciarlo, una remera blanca y un buzo con capucha suficientemente viejo como usarlo en ocasiones ordinarias. Solo debía atender a quienquieraquesea y volver a prepararme para ir al colegio. Tenía un día bastante atareado.

Todo sucedió mientras me colocaba mis NIKE negras, ya pensaba en que llegaría demasiado tarde, como siempre, como de costumbre. Lamentablemente.

Hubo un Sonido de explosión, toda mi visión se oscureció, y un silencio de repente invadió mi existencia.

Un vacío en mí interior, profundo, infinito

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Desperté sobre mi cama, con escombros del techo sobre mí. Toda mi ropa blanca, todas las paredes caídas, podía ver la entrada de mi casa desde donde estaba. Y no era la única casa que estaba así, todo el vecindario, quizá toda la ciudad había sido víctima de ese ataque.

¿Una bomba había estallado? lo más seguro, pero aun no sabía.

Intente levantarme, no sentía mis pies, pero podía moverlos. Tenía migraña, y me sangraba la nariz. Estaba confundido, estaba aturdido, todo era extraño.

¿Eso era lo que creía? ¿Eso qué escuchaba era real?, si lo era. Un bebe lloraba afuera.

Una vez de pie, intente ir a la habitación de mi hermano, o lo que quedaba de ella. Me tambalee unos metros, sosteniéndome de lo que podía, y llegue a lo poco que quedaba de la entrada de su puerta. Intente mover los pedazos de pared para ver si había alguien allí abajo.

No pude. No podía mover los escombros. Mis fuerzas eran nulas, mi cuerpo estaba débil.

¿Mi madre y mi hermano bajo esos escombros? No, no podía estar pasando. Mi desesperación ascendió al máximo.

¿Llovía? si, y las gotas quemaban, hacían que tu piel ardiera. Eran como pequeñas balas que se chocaban contra ti, como pequeños dardos.

El bebe no callaba, y el cielo tenia luces como mil soles, mil soles alumbrándolo todo. Mil soles…

En ese momento vino una imagen a mi cabeza «Mi sueño se está haciendo realidad» ¿Mi sueño? Mi pesadilla.

Quede atónito, quizá sea una coincidencia. Volví a mi habitación, como pude, tambaleando y divagando. Agarre una mochila, puse ropa y dinero, mi querido celular, algo de comida y bebida, fui a la sala, o lo que quedaba de ella, agarre un pañuelo, limpie mi nariz y salí hacia afuera.

El auto que había soñado estaba ahí, él bebe y su padre estaban ahí, las cosas en el baúl estaban ahí.

Seguí los pasos de mi sueño, más que nada instintivamente quise hacer todo lo que había hecho en él.

¿Pero qué sucedía al final? una explosión me cegaba, y yo despertaba. Esta vez ya estaba despierto, esta explosión, ¿me mataría? ¿Me cegaría para siempre? Maldito instinto, malditas malas decisiones.

No podía correr el riesgo, tenía dos opciones, ir a la casa de Benjamín o ir a la plaza principal.

La casa de Benji estaba a 1 y 1/2 km de mi casa, hacia el lado contrario de donde estaba la plaza.

Le prepare una leche en polvo al bebe, así se callaba. Lo apoye unos segundos en el auto de nuevo, saque el agua y todo lo necesario para prepararlo. El agua estaba tibia, no había manera de calentarla, pero él bebió igual. Lo bautice como Hércules, por su fortaleza ante la situación. Por su supervivencia, porque sabía que el sería capaz de tener fortaleza, la que yo no tuve, la que yo no tenía.

Una vez alimentado el niño, empecé a caminar hacia la casa de Benji. Quizá la explosión no habría llegado hasta su casa, quizá estaba bien, quizá me cruzaba a mi madre, mi padre o mi hermano en el camino, quizá. Las suposiciones salvaban mi vida, me daban esperanzas, que ocurriera algo que salve.

Llegue a la esquina de mi calle, todo el lugar estaba desolado, la imagen era la misma que yo tenía de la plaza principal de mi sueño, cadáveres por donde mirara. El supermercado, donde el día anterior había comprado para cenar, se prendía fuego, y no había señales de vida. Continué sin mirar, continué por la calle mientras hércules dormía entre mis brazos, continué esquivando cadáveres, vecinos mutilados por sus propias casas, por accidentes automovilísticos, continué sin observar a nadie, no quería sufrir si encontraba a alguien conocido, no era momento de llanto.

Segunda calle, la calle de ella, esta vez sí quise pasar rápido, no quería verla en el piso, muerta. Pero la conciencia y la corazonada me jugaron en contra.

Por más que hice todas las fuerzas, al pasar por la puerta de su casa decidí entrar. Encontré ropa suya en el suelo, prendida fuego. Me esperaba lo peor, la situación se daba para pensar lo peor, ella muerta y yo jamás había podido decirle lo que siento. El amor, la ilusión. Malditas malas decisiones, maldita sea la hora en que mi miedo arruino mi oportunidad de arriesgar y ganar.

Hércules empezó a moverse, ¿tendrá frió? hambre dude, había comido hacia unos minutos. Era pequeño, pero pesaba mucho.

Solo se acomodó, y fue una señal para seguir camino. Llegue a la esquina, detrás mío algo me aturdió, algo me sorprendió: Había una explosión en la plaza principal, la que en mi sueño me mataba, la que ahora solo me asustaba. La que ahora solo hacía que pegara un pequeño salto.

Me di vuelta y mire para ese lado. Hércules comenzó a llorar, no solo yo me había asustado.

Una nube negra se levantaba de la zona, una nube negra que emitía un olor que hasta donde yo estaba llegaba, un olor a carne quemada y al mismo tiempo a petróleo quemado.

La lluvia ceso, aunque las nubes seguían. Y el cielo se oscureció por completo.

Hércules comenzó a estar inquieto, debía apurar paso, así llegaba a la casa de Benji. Faltaban 13 calles aun.

Hice dos cuadras más, y seguía sin haber señal de vida. Solo cadáveres y casas destruidas. Diferentes calles, mismo panorama.

Faltando 10 cuadras para llegar escucho un motor de auto cerca, la primera señal de vida en media hora, después de la gran explosión la primera señal de vida.

Corrí desesperado por la calle que venía recorriendo, era un Citroën c3 que se alejaba de la esquina en dirección al puerto. Comencé a hacer señas, aunque no las vieron, iba a mucha velocidad, y yo no tenía mucha movilidad con Hércules encima.

Mis esperanzas iban hacia el lado del puerto, no podía desaprovechar la oportunidad de encontrarme con demás sobrevivientes. Quizá Benji estaría allí, mi madre, mi padre, todos estuvieran allí, menos yo.

Comencé a caminar hacia el puerto, Hércules volvió a dormirse.

Era bastante distancia hasta el puerto y no había comido nada en todo este tiempo.

Saque un sándwich del bolso, y comencé a comerlo, no podía seguir estando débil, luego de correr esos metros había quedado exhausto. Una vez acostumbrado el olor a quemado y a muerte no es tan asqueroso comer. Es lamentable acostumbrarse a algunas cosas, más que nada a las cosas malas, es horrible acostumbrarse a estar tan cercano a la muerte.

Pase por mi querida secundaria de camino al puerto.

«Quería salvarme de la prueba, pero no quería que fuera de esta forma»

Observe que todo estaba destruido, excepto la cancha de basquetbol, su estructura se mantenía en pie. No completamente, pero parte de su techo aún no se caía.

«Si al caer la noche no soluciono esto, vendré a dormir aquí»

Era buena idea, las colchonetas serian buenas camas, y podría dejar a Hércules en un lugar cómodo.

Pero mi meta era ir al puerto, encontrar gente y ver cómo solucionar esto, encontrar a mi madre, mi hermano y quizá ver a ella, la querida Mía

En el camino observe todos los autos estacionados, quizá alguno funcionaba y podía llegar más rápido al puerto, pero ninguno estaba en mínimas condiciones. La mayoría no tenía más de 2 ruedas intactas. Y parte de su estructura intacta.

Con el cielo oscurecido el frio aumentó, y mis sencillas ropas no mantenían mi calor corporal. El olor a humo no se iba, los cadáveres eran cada vez mas aunque aún no había mirado lo suficientemente fijo como para reconocer a alguien.

Hércules seguía dormido «Es muy dormilón, se parece a mí»

Sonreí, sonreí después de casi una hora de desesperación y nervios, sonreí por que creí que era lo mejor.

Al mal tiempo buena cara, pero la ocasión era diferente. Muy diferente.

Faltando 150 metros para la entrada al puerto, habían camiones tumbados, cargamentos destruidos, y todo el murallón que rodeaba esa zona estaba hecho escombro.

Hércules se empezaba a mover, creo que habrá sentido el escalofrió que yo sentí pasar por mi cuerpo.

Me encamine a la entrada, esperando encontrar gente, sobrevivientes a «la gran explosión».

Vi a mi izquierda, nada, solo mas camiones tumbados. Mi derecha, igual.

Creí el lugar vacío, poco a poco, paso a paso, mis esperanzas decaían, yo era un simple chico de 16 años buscando alguien que me apoye, pero estaba solo en esto y tenía que aceptarlo. Debía enfrentarlo.

Un sonido hizo que recobrara las esperanzas. ¿Eso era lo que creía?

De repente el sentimiento de felicidad se cambió por el de miedo, si, habían disparado.

Otra vez, estruendo de disparo, balas recorriendo el puerto, mi pregunta era ¿quién disparaba, y hacia a quién?

El sonido venía en dirección del faro, a bastante distancia yendo derecho de donde estaba.

Apreté a Hércules fuerte con mi pecho, y en forma de consuelo hacia él, como también hacia mí, le susurre.

– Se valiente pequeño, esto recién empieza.

Y comenzamos a caminar en dirección en donde estaban atacando a algo o a alguien.

<<<>>>

Me escondí detrás de dos contenedores, ya no se oían disparos. Mientras más cerca del mar, más neblina había y más oscura se ponía mi visión. Desde donde yo estaba se divisaban 3 sombras, paradas en dirección al mar, dándome la espalda a mí, a unos 50 metros.

Hércules se movía, quería ser sigiloso, y el arruinaba mi plan.

Las sombras avanzaron, yo también.

Paso a paso, tenía miedo de salir, ¿y si era peligroso? ¿Y si me asesinaban? En ese preciso momento, justo cuando estaba a punto de quedarme cerca de estas personas e intentar reconocerlas, Hércules comenzó a llorar. Un sudor frio, mezcla de temor y de nervios, inundó mi cuerpo.

Las sombras giraron, mis nervios y miedos subieron.

-¿Quién diablos está ahí?

Una voz de un hombre de 30 y tantos gritó, cargó el arma y apuntó hacia mi lado.

-Conteste

La misma voz insistía, junte valor, y con un poco de timidez lancé un alarido

-¡no dispare!

Grité, creo que en ese momento el hombre reconoció que era un adolescente, así que ordenó que los demás bajen el arma.

-Soy Tomas, un chico del residencial sur, tengo un bebe en brazos, ¡por favor no dispare!

-Tranquilo- dijo el hombre, ya más sereno- Sal de ahí Tomas.

Suspiré, los sobrevivientes a fin de cuentas no eran peligrosos, mis malditos miedos volvían a jugarme en contra, pero en una circunstancia diferente.

Salí rápido de las nieblas, y las 3 sombras estaban ahí paradas. Un hombre, quien era el que me había hablado, de como 30 y algo de años, con una mochila grande, y una Glock en su mano derecha, al lado de él un chico de unos 22 años, con anteojos, otra mochila grande, y una 9 mm en su mano izquierda y un respirador en su mano derecha. Junto con ellos una mujer, cerca de sus 25 años, latina, alta, con otra mochila grande, y un rifle en sus manos.

-Creí que eras un adolescente- dijo el hombre, y tenía razón en dudar, a primera vista parezco mucho más grande de mi edad común, tengo bastante altura, 2, 10 metros, en esa época tenia barba, y mi vestimenta no ayudaba mucho.

-Pues sí, tengo apenas 16 años de edad.

-Ja, otro error Johnny- Dijo la mujer, sarcásticamente. Su voz era roncosa, le deba más firmeza a su imagen.

-El error anterior fue un simple error de cálculos de nuestro amigo Bebi- Dijo el hombre, dirigiéndose al chico de anteojos. Quien frunció el ceño.

-Un error mínimo John, cierra el pico- A simple vista el chico parecía de mayor de 20, al hablar se convertía en un púbero de 13, aunque se veía su inteligencia, se reflejaba en él.

-Un error que acaba de costar 2 vidas Bebi.- Dijo la mujer, mirándolo seria.

-¡Ya cállate Joanna!- grito enfurecido el chico de anteojos, que se llamaba Bebi, o así le decían.

-Cálmense los dos

Dijo Jonathan, su forma de hablar, de dirigirse a los otros dos demostraba que él era el líder en este «grupo».

-¿De qué error hablan?- dije dirigiéndome a John

-Hace unos minutos tuvimos un tiroteo con unos guardias, sobrevivientes también, por lo visto, Bebi dijo que estaban vigilando un barco rescatista, pero se equivocó, y tuvimos un pequeño enfrentamiento…

-Ya es la 3 era vez que pido perdón Johnny, la próxima averiguare bien.

-¿Qué? ¿Ya sabias que iba a estar este barco aquí?- dije dirigiéndome a Bebi

¿Cómo es posible que el supiera esto? ¿Fue un «ataque» sorpresivo?, ¿o no?

– Bebi sabe de esta invasión desde hace unos meses- dijo Joanna, guardando el rifle en una funda colgada de ella.

-¿Invasión?- dije sorprendido, asustado y maravillado al mismo tiempo. Hércules se había dormido, no sé en qué momento.

-Sí, mi hermano y unos amigos «Frikis» suyos saben de esto hace varios meses, por eso estamos equipados.- dijo Joanna, señalándome su mochila.

-Si mi querido sobrino no me hubiera avisado, yo sería un cadáver ahora- dijo Johnny sacudiendo a Bebi, mientras sonreía alegrado.

-Aunque no creímos que iban a haber sobrevivientes en esta ciudad si no eran bien protegidos, ¿cómo es que estas tu aquí?

Y comencé a contar mi corta aventura de poco más de una hora, como hércules llego a mis brazos, el timbre antes de la explosión, todo. E iba bien hasta que dije lo siguiente:

– Lo raro fue que la secuencia fue tal cual mi sueño, que vengo teniendo hace dos semanas.

-Espera, ¿estás diciendo que todo esto lo soñaste?- dijo Bebi, sorprendido y al mismo tiempo no.

-Pues si- dije, sintiéndome algo incómodo- En verdad no todo, yo en vez de ir a la casa de mi amigo como hice, en mi sueño iba a la plaza principal y luego…despertaba.

-La gran explosión…- dijo Johnny mirando el horizonte. Estábamos sentados al borde de un barco, a metros del faro, con los cadáveres de los guardias a centímetros.

<<<>>>

-¿Así que en tu sueño tú te dirigías a la plaza, y despertabas?- Joanna no se había perdido una palabra de lo que yo decía, cada vez más y más se interesaba en mi relato.

-Sí, claro. Había una explosión y yo despertaba. Como esta vez sabría que no despertaría, decidí hacer las cosas diferentes.

Bebi estaba atónito, luego de que había dicho que soñé esto, no dijo palabra. Aunque aún no había soltado nada, creo que sabía lo que pasaba, no solo con «la invasión», sino que también sabía lo que pasaba conmigo.

-Ahora, Bebi, puedes explicarme que sabes.- Insistí.

-Eh…sí, claro

Todo comenzó hace un par de meses, cuando un amigo de Argentina me envió un pequeño video, que según él, provenía de la CIA.

El video describía una serie de eventos increíbles, lluvia de meteoros, tormentas, y seres provenientes de un sistema cercano que querían invadir nuestro planeta, sin saber por qué.

Ya lo habían intentado, y no lo habían logrado. Ya habían lanzados diluvios, tormentas de meteoros, y los humanos sobrevivíamos. Siempre que estos actos sucedían, señales del cielo venían. El video decía que la NASA había captado ondas indescifrables provenientes del sistema mayor, sistema a par de años luz de aquí, que cada vez se intensificaban más. Mandaron a Apolo, una sonda espacial renovada, con una capacidad de vuelo increíble, a las zonas de donde se captaban las señales.

La sonda desapareció, no hubo contacto con ella por años, hasta hace solo unos meses. La sonda volvió con información extraña, unos dibujos.

En ellos, se veía a lo que parecía la tierra, seca, sin agua y llena de pozos y humo.

Eso asustó mucho, en especial porque había una fecha en calendario católico: 11/04/2016.

Y al lado de ella había dibujado un hombre, se veía que su altura era significante, y en lo que sería el dibujo de su cabeza había imágenes de lo que luego denominaron la gran explosión.

Pensamos que ese hombre dibujado sería a quien le transmitirían el mensaje. Y por lo visto así lo hicieron. Tú serás el elegido para guiarnos y ver cómo sobrevivir. El único evento del cual los humanos normales teníamos conocimiento era la «Gran Explosión»

La invasión estaba prevista para cuando los planetas se alinearan, allá por el 2012. Su viaje fue exitoso, pero tardaron más de lo esperado. Vimos el desastre venir y no supimos salvarnos. Sus armas son muy fuertes, son armas naturales. Estrellas, meteoros, controlan la energía, la mente de los que lo rodean, harán todo por cumplir su misión.

Y te preguntaras ¿cuál es su misión?

Es algo que aún no sabemos, pero de lo que estamos seguros, es que no se detendrán hasta cumplirla. Asesinaran a cada humano, animal y ser vivo existente con tal de lograr lo que vinieron a hacer, tú tienes el deber de salvarnos, tu puedes, tu puedes darnos un mañana.

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