La gota de mi herida,
la mentira de ella,
el puñal en mi espalda,
la rosa marchitada,
el temblor de mi mano,
el ardor de mi pecho,
entre lágrimas me encuentro
y tu entre risas te hayas.
La música de fondo,
el libro en mis manos,
las páginas en blanco,
la tinta no pinta,
ni quiere pintar.
El abrazo de mi madre,
la charla de mi padre,
nada me cura,
el intento de mi hermano,
la risa de mi amigo,
nada me cura,
la visita a abuela,
el recuerdo de abuelo,
nada me cura.
En el silencio de mi noche,
Escuché mi alma hablar,
Aunque el cansancio
mellaba mi intento de sanar
entendí que así
sería la única forma de tal vez curar
La música de fondo,
el libro en mis manos,
las páginas escritas,
la tinta pinta
y quiere pintar.
El tiempo de soledad,
la superación personal
siento que cura
el amor propio
el cuidado de mis emociones
siento que cura
la charla con papá la disfruto
el abrazo de mamá me reconforta,
las risas de mis amigos no me duelen,
me abrí con mi hermano
abuela me prepara la comida con ansias,
y abuelo
abuelo está orgulloso.
Sané,
y entendí,
que lo que cura uno no lo curan dos,
que el verdadero dolor
es no tener el cobijo de mi familia
y la traición, no fue de no tenerla,
fue no tenerme.
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