Sufrí poemas del rechazo,
al unisono del disfrute
incomprensible, triste y dulce
fue en esencia aquella aurora.
Que se quebró,
como una copa
al congelarse un par de horas.
No hubo engaño,
no hubo embrujo
yo solo digo
que no intuyo
como pudiste convencerte.
inexistente era mi gusto
mas del juego y la recocha
fue tu tal ego, vespertino
que pinto la noche obras.
Obras sangrientas y macabras
Que cualquier ser
no aguantaría.
Pero te digo,
de mi estimaste
mucho calor por mi maniobra.
y pretendias me ofendiera
porque mi situación se veia poca
pero fallaste, también caiste
en un corazon ya hecho roca.
OPINIONES Y COMENTARIOS