La muerte y el tiempo

Hermoso fue pensar que me quisiste en algún pequeño momento de tu vida, quiero al menos creerlo… aunque tú me estás demostrando lo contrario. 

Pude entrar a tu alma así como tu a la mía, ambos compartíamos el mismo pensar sobre la vida, sobre el mar y las estrellas. Éramos uno para el otro, pero… como siempre pasa en este ciclo de la vida, la muerte o el tiempo son lo único que puede llegarte a quitar lo que mas amas. 

En este caso fue cuestión del tiempo, ya no había llamadas riéndonos de lo acontecido de nuestro día, el habla con cariño, se fue disminuyendo poco a poco, el tiempo solo me observaba en las noches, me miraba y escuchaba como moría de la duda, de que era lo que estaba pensando.

Observaba como me daba cuenta de que mi oportunidad por compartir con alguien todo aquello que siempre quise se iba desvaneciendo. 

Entonces comencé a comprender que aun no era el momento de llegar a tal punto de mi vida, descubrí que por más que yo te amara, tu no serías la que estuvieras a lado mío en mis momentos de angustia, por mas difícil que es, lo acepté.

El tiempo realizó lo que tenía que hacer, de un día para otro, éramos nuevamente unos extraños, fuiste de ser mi compañera de vida a ser un recuerdo más de mi vida.

Al menos yo te sigo recordando en estos versos que te dedico, pero sé que tú evitas cualquier recuerdo mío. 

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