Sinopsis
El mundo de la política y el poder es despiadado y cruel. Edward Harris lo aprenderá a la fuerza al verse obligado a pasar información de la familia Lorens para mantener a salvo su vida y la de su padre. Valentina Lorens tiene una vida de apariencias y secretos que quiere mantener y Edward Harris amenaza con acabar con su tranquilidad, al colaborar con una entidad del gobierno para averiguar lo sucedido con Sebastián Rey. Edward siempre ha sentido un profundo odio y miedo hacia Valentina, sin embargo, al verse obligado a expiarla, descubre que la línea entre el odio y el amor es demasiado fina, pero si pierde de objetivo su propósito puede que su vida se salga de control. Valentina está dispuesta a usar cualquier método para mantener su estilo de vida, aunque esto la lleve por un mal camino.
Por amor y dinero
¿Todo se vale?
Prólogo
Desperté en un lugar desconocido. La luz de una de las ventanas me cegaba y la cabeza me dolía. No sabía qué había sucedido, todo era confuso en mis recuerdos, parecían ser fragmentos de un extraño sueño.
Intenté sentarme, pero mi cuerpo no respondió, mis piernas y brazos estaban entumecidos; mi boca se negaba a pronunciar palabra alguna y todo mi cuerpo ardía de manera insoportable. Intenté girar mi cabeza para mirar todo, pero me fue imposible, no podía moverme en lo absoluto. Lo único que alcanzaba a ver era la luz del corredor que se filtraba por medio de las persianas de la habitación.
Me sentía impotente al no poder reaccionar, era como si mi cuerpo aún se encontrara dormido. La angustia solo crecía con el paso de los minutos. Sabía que estaba en un cuarto de hospital. Las paredes blancas, el techo blanco, los tubos en mi cuerpo, el respirador… todo lo confirmaba.
Después de lo que me pareció una eternidad la puerta de la habitación se abrió dejando entrar un poco más de luz. Intenté hablar al ver a la enfermera, para llamar su atención, pero mi boca no fue capaz de pronunciar palabra alguna más como si ella hubiera notado mi angustia volteo. Sus ojos me miraron con sorpresa y su rostro se iluminó, se acercó con afán a mí, puso su mano frente a mis ojos moviéndola de un lado a otro, al percatarse que, si había despertado, se llevó la mano al pecho con emoción y salió de la habitación gritando por el pasillo:
-¡Despertó, despertó!- gritaba con euforia-¡Por Dios despertó!
Reuní toda la fuerza que tenía e intenté moverme de nuevo, pero ni un solo musculo de mi cuerpo reaccionó.
¿Qué había sucedido?
Capitulo 1
↝↜GEU↝↜
Desde la muerte de Sebastián Anek —el hijo del embajador— cosas extrañas habían estado ocurriendo. Sabia con certeza que todo lo que venía sucediendo los dos últimos años era acciones desesperadas para ocultar cualquier pista que involucrara a la prestigiosa familia Lorens. Ningún agente conseguía nada contundente contra ellos y los que lo hacían terminaban muertos o locos. Me daba escalofríos solo de pensar lo que debieron haberlos hecho pasar para hacerles perder la cordura.
Sali de mis pensamientos cuando la puerta se abrió y por ella se asomó una mujer de mediana edad, aun no me aprendía su nombre, pero le indique con la mano que siguiera.
-Señor la llamada fue realizada desde Estambul- informó mientras me tendía la carpeta donde se resumía cada uno de los movimientos del senador- se trata de un hospital cardio vascular- recibí los documentos e hice un gesto con la mano indicando que ya podía marcharse. Había mandado a interceptar una llamada internacional hecha por el senador Lorens a Estambul. La llamada que se había interceptado del Senador Lorens, nos había dado indicios de que él había ocultado detalles en la declaración que había dado sobre la muerte del hijo del embajador. Obviar información era un delito, pero interceptar llamadas también. No podía meter a la organización en un problema legal, menos en ese momento en que la demanda por el banco estaba a nuestro favor, así que solo di la orden para confirmar mis sospechas.
Volví a leer los informes que tenía sobre la muerte de Sebastián Rey. El día en que murió había quedado en reunirse con Valentina Lorens una de las hijas menores del senador, a las nueve de la mañana el tres de noviembre -exactamente dos años atrás- pero su cuerpo había aparecido sin vida dentro de un auto saliendo de la ciudad a las ocho y media, y el dueño del auto seguía siendo desconocido hasta la fecha.
La primera versión de las autoridades fue que el joven se había estrellado, pero las pruebas que realizaron nuestros investigadores, arrojaron que el auto había sido estrellado a propósito en un sitio diferente a dónde se encontró cuando Sebastián ya estaba muerto. Sin embargo, los únicos datos que se tuvieron en cuenta fueron los obtenidos por el grupo de criminología contratado por el senador Lorens y el dictamen médico del doctor Harris. Los demás datos se desecharon, lo que constituida una falta grave en el procedimiento y la evidencia que en el caso se había presentado corrupción, pero todo en el mundo se movía por conveniencia, poder y dinero y por desgracia el senador Loren tenía las tres de sobra.
La lista de sospechosos la encabezaba la hija del senador, Valentina Lorens D’laurentis. Quien había amenazado públicamente a su exnovio después de haber terminado con él. Había indicios de que ambos actores se habían reunido poco antes de la muerte de Sebastián, pero no había pruebas concretas, porque el testigo cambio su versión poco antes de la declaración ante el juez y se suicidó en su celda -sospechoso, pero nadie le dio importancia porque se trataba de la vida de un escolta-. En la lista seguía Jimena O’Pherer quien presuntamente tenía nexos con el narcotráfico, específicamente la mafia brasileña. Sebastián y ella habían realizado consignaciones por grandes sumas de dinero a la mafia, también era posible que la muerte de Sebastián fuera perpetrada por dicho grupo delictivo, pero la posibilidad que Jimena O’Pherer hubiera cometido el crimen primaba sobre la segunda posibilidad ya que el día en que Sebastián murió ella desapareció sin dejar rastro, los documentos, comprobantes de pago. Todo lo que los inculpaba desapareció con ella. Nadie había vuelto a saber de ella, pero había sido vista en varios países.
Santiago McCartney el mejor amigo de Sebastián también era uno de los principales sospechosos, quién se comunicó con él una hora antes de que apareciera muerto. En la llamada Sebastián decía que pasaría por su casa antes de hablar con Valentina. Sin embargo, en las declaraciones dadas por Santiago y sus padres -los dueños de los puestos de toda latino América y además ministro de defensa y ministra de interior del país- Sebastián nunca llegó, aunque algunas investigaciones indicaban que Santiago mintió, nadie hizo nada al respecto porque así era el mundo de la política y el poder. La prueba de que Sebastián se había reunido con Santiago eran los papeles -documentos del banco- que habían terminado en poder de Santiago y que Sebastián llevaba con sigo el día que murió y que en la actualidad Santiago le había entregado a Alan Caicedo su nuevo mejor amigo.
A pesar de que la relación entre Alan y Sebastián nunca fue buena no había nada que indicará que él tenía participación en lo sucedido – al menos directamente-. Los demás sospechosos eran personas que fueron descartadas en un proceso minucioso y al final la lista de sospechosos se redujo a cinco personas y una organización: Valentina Lorens, Santiago McCartney, Jimena O’Pherer, el doctor Edward Harris, el Senador Oliver Andrew Lorens y la mafia brasileña. Todos tenían motivos para encontrarse en esa lista, pero la ventaja la llevaba por mucho Valentina Lorens, quien no solo había terminado con él en público si no que lo había amenazado ante las cámaras diciendo que le haría pagar con sangre el haberla engañado, y sumaban puntos en su contra las recientes muertes de los agentes que llevaban su caso.
-Señor- uno de los agentes entró haciendo que desviara mis ojos de aquellos papeles- hemos hecho todo lo que usted nos pidió y efectivamente Edward Harris el hijo menor del doctor Harris tiene acceso a los datos de la empresa de su padre así como de todos los historiales médicos, incluido el dictamen de la muerte de Sebastián Rey- el agente novato apellidado Rodríguez hablaba sin pausa y solía ser poco cuidadoso con las cosa mínimas como llamar a la puerta, pero se lo pasaba por alto porque era eficiente- pero solo hay un problema y es que es un delito entablar negocios con menores de edad sin el consentimiento de sus padres- le reste importancia con la mano y recibí la carpeta que me tendía.
-No haremos negocios con él, haremos un trato- dije poniéndome de pie y mirando mi reloj de pulsera- el chico terminara la reunión en diez minutos, no lo pierdan de vista- tomé mi maletín y le entregué el teléfono con el que se pondría en contacto con él- ese chico puede ser la pieza que necesitamos para hallar al culpable, no lo pierdan de vista ni un instante
-Si señor.
Capitulo 2
↝↜Edward↝↜
Intuía que se avecinaba una negativa o al menos un, pero, siempre era lo mismo, las directivas —ósea Valentina Lorens— siempre tenía un pero para mí.
-Lo siento muchacho, hay patrocinadores interesados, pero la dirección no está convencida, por ahora no hay nada más que hacer- respondió el productor. Salí desanimado de aquella oficina, en últimas iba a tener que aceptar que mi mamá tenía razón, yo no podría cumplir el sueño de Richard.
Camine de regreso a la salida de la empresa, con las manos dentro de los bolsillos y la mirada puesta en el piso. Escuche una discusión y al alzar la vista vi a Alan y Valentina peleando, pase sin poder evitar prestarles atención, ellos solían pelear seguido y no disimulaban su “enemistad”.
-Solo quiero hablar contigo- dijo Alan frenándole el paso
-No tengo ganas de hablar ahora- respondió Valentina Lorens mientras lo evitaba, me detuve al ver que me cerraban el paso, la salida no estaba totalmente abierta y ellos estaban parados en toda la puerta haciendo que no quedará espacio para pasar.
-Esto no se trata de ganas- respondió Alan -Si no lo recuerdas, tenemos un trato
-Me importa cinco el estúpido trato- respondió Valentina exasperada
-No te conviene retarme Valentina
-¿Me estás amenazando?- preguntó molesta- si es así trata de hacerlo mejor- ambos se miraron fijamente un instante negándose a ceder
-Permiso- dije tratando de abandonar la disquera, pero ellos ignoraron mi presencia.
-¿Quieres arriesgarte? mira que mi paciencia tiene límite, así que espero seas sensata y no me sigas provocando, porque en el estado en que está tu carrera yo no me arriesgaría a un escándalo- Alan camino alejándose de ella, pero fue Valentina en esta ocasión quien le impidió que se marchara anticipándose a hablar.
-Eres un imbécil- pronunció llena de rabia- ni se te ocurra intentar amenazarme, no soy una niña. Y recuerda que yo soy dueña del canal, te aseguro que se hunde primero tu carrera que la mía- vi que había un espacio libre y me apresuré a pasar, pero Valentina se giró de imprevisto chocando conmigo y provocando que ambos cayéramos al piso.
Mis lentes cayeron al suelo, junto con mis papeles, los recogí rápidamente y Alan me tendió la mano para ayudar a ponerme de pie mientras se burlaba de ella.
-Al final siempre cae primero el mentiroso que el cojo- dijo pasando por el lado de ella y entrando al estudio, me apresure a tenderle la mano para que se levantara, pero ella me miró con cara de desagrado e ignoro mi ayuda poniéndose de pie sola.
-Lo siento mucho- dije en forma de disculpa, más por miedo que por sentirlo realmente, ella me dio esa mirada gris fastidiada que siempre me daba y de repente me sentí tan pequeño e insignificante junto a ella de nuevo, aunque solo me llevaba tres años de ventaja.
-Lo que me faltaba- dijo con fastidio mientras se acomodaba la ropa- tropezar con el Freak- escuchar aquello me molestó, recordaba lo odiosa que era, pero no iba simplemente aceptar que me faltara el respeto de nuevo, eso se había acabado. Ella solía ir por la vida humillando a todos solo porque tenía dinero y poder, pero el hecho de que mi padre fuera el mejor amigo del suyo me daba algo de respaldo y seguridad-aunque eso con ella nunca servía-
-¿Perdón?- pregunté provocando que se girara- me estoy disculpando, aun cuando no fue mi culpa
-¿Y qué esperas que haga Freaky? ¿Qué ten un nobel de paz?- preguntó caminando hacia mí, me volví a sentir aterrado, miré hacia el piso al no poder soportar la intensidad de su mirada gris, siempre sucedía lo mismo.
-Sería lo mínimo que debería hacer- dije inseguro en voz baja
-Desde que regresaste andas muy confianzudo ¿No? Me parece que voy a tener que recordarte cuál es tu posición. Perdedor- hizo énfasis en la última palabra, yo apreté los puños con rabia, pero incapaz de hacer algo.
-Ya no te tengo miedo- dije apenas sin tartamudear, pero sin alzar la mirada, me daba algo de consuelo saber que los escoltas que me acompañaban estaban cerca, habíamos quedado ligeramente fuera de la puerta, así que desde allí podía verlos por el rabillo del ojo, Valentina no pondría en juego su imagen pública allí, menos por mí. Ella se río con odiosa elegancia y golpeó los papeles que yo tenía en mano, haciendo que cayeran de nuevo. Di un brinco del susto y eso hizo que ella se riera con más fuerza.
-Joven Edward- ambos escoltas llegaron hasta mí al ver la situación -Señorita – saludaron respetuosamente.
-Ya te veré llorando mientras le dices a tu papá, «Valentina me está molestando» – dijo en un tono peligrosamente bajo, me dio una última mirada con desaprobación, se colocó sus lentes oscuros y se dirigió a su auto seguida de su escolta personal, con su arrogante presencia, apariencia opulenta y actitud altanera. Respiré profundo tratando de calmar mi rabia, me agaché y recogí las hojas.
-Personas como ella no deberían existir- dijo uno de los escoltas con irritación, mientras me seguía hasta mi auto
-No le digan nada a mi papá- pedí y me subí al auto, ellos asintieron y se subieron también.
Me dirigí hacia la casa de la familia Lorens, mi padre me había pedido que le llevara una caja que había dejado en la casa. Cuando llegué tuve que esperar a que los periodistas despejaran la entrada y los hombres de seguridad del senador me dieran paso. Esa era una de las cosas que odiaba de ir a esa casa, sobre todo ahora que el señor Lorens se había lanzado como candidato a la presidencia.
En la entrada había más hombres de lo común, supuse que se debía a la rueda de prensa que daría la señora Lorens en la tarde acera de la carrera política de su esposo. Al principio me intimidaba ver tantos escoltas, pero con el paso de los años me había acostumbrado. Desde la muerte de mi hermano y el divorcio de mis padres, mi papá y yo hacíamos casi todo con la familia Lorens y era agradable, excepto por Valentina que vivía para hacer mi vida miserable.
Me bajé del auto y entré a la casa con la intención de ir hacia el despacho del senador, pero mi padre y el señor Lorens se encontraban sentados en la primera sala.
-Hola hijo- dijo mi padre levantándose- te estábamos esperando
-Hola papá- saludé con timidez al ver al señor Lorens ahí- buenas tardes señor Lorens- el señor Lorens se puso de pie y me tendió la mano, la estreché, aunque el me daba un poco de miedo.
-Buenas tardes hijo, siéntate- dijo sentándose nuevamente al igual que mi padre. Me senté un poco incomodo, el señor Lorens me intimidaba tanto como su hija, aunque él a diferencia de Valentina era muy respetuoso y diplomático.
Tome la maleta torpemente y saque la caja tendiéndosela a mi padre. La puerta de la sala se abrió nuevamente llamando nuestra atención y frente a nosotros pasó Valentina sin decir nada.
-¿No te he enseñado modales?- preguntó el señor Lorens molesto- se dice buenas tardes Valentina- Valentina Lorens rodó los ojos y se giró poniendo una sonrisa falsa en su rostro antes de hablar
-Buenas tardes doctor Harris ¿Como ha estado?- mi padre la miró con cariño lo que me molesto, ella era odiosa e irrespetuosa lo último que alguien podría tenerle era aprecio, además se había encargado de hacer mi vida de cuadritos.
-Buenas tardes preciosa ¿Cómo te has sentido?
-Estupendo- dijo y empezó a subir las escaleras poniendo su expresión normal
-Valentina- habló su padre molesto- Edward no es nuestra única visita- ella me miró sobre sus hombros y volvió a rodar los ojos con fastidio
-Me lo he encontrado hace un rato- dijo continuando su camino
-Bien, entonces invita a Edward a pasar el rato contigo, mientras Edward y yo hablamos de algo
-Dile a Valeria, estoy ocupada
-Ya te lo he pedido a ti- dijo serio, Valentina y el señor Lorens se sostuvieron la mirada con seriedad, pero al final fue ella quien perdió aquella guerra de miradas contra su padre- y recibe tu medicina, se me ha olvidado pasar por ellas y el las has traído muy amablemente- me sobe las manos incómodo mientras ella baja las escaleras y tomaba la caja de las manos de su padre. Mi papá me miró fijamente indicando que subiera con ella, yo negué disimuladamente con la cabeza suplicante.
-¿Piensas subir o no?- escuché la voz de Valentina y lentamente me puse de pie, junto a mi padre y el señor Lorens.
-Estaremos en el despacho, si necesitan algo- dijo el señor Lorens con amabilidad
-Como si sirviera de algo tenerte de padre- dijo ella terminado de subir.
-Valentina- la llamó el señor Lorens, pero ella continuó su camino sin detenerse, mire al señor Lorens tenía una mirada triste en su rostro, mi padre le puso una mano en el hombro en señal de apoyo. Termine de subir desanimado hasta la sala de estar del segundo piso sin saber muy bien que hacer
-Has lo que quieras, esta es más tu casa que mía- dijo ella con fastidio y desapareció rápidamente de mi vista. No me gustaba ir a la casa de los Lorens, principalmente por Valentina y después por lo interesante que era tener una conversación con los muebles de la casa, afortunadamente Valeria estaba en casa y de hecho ella era lo único bueno que tenía aquella familia, así que llegue hasta la puerta de su cuarto y llame con un poco de timidez, cuando abrió sonrió alegremente, se veía tan bonita como siempre y me dio la sensación de no haberla visto en años.
-¡Hola bebe!- dijo emocionada mientras me daba un gran abrazo y un beso en la mejilla. Salió conmigo en dirección a la salita de estar- ¿Cómo te fue?- Valeria se sentó en la silla que se encontraba justo al frente de la mía mientras recibía los papeles que tenía en mis manos. Ella y Valentina eran totalmente opuestas, tanto físicamente como en su forma de ser. Bajé los hombros, desanimado ante su pregunta y negué sin decir nada- lo siento bebe, pero ya se dará la oportunidad- dijo revisando los papeles con curiosidad.
-Es el contrato- le informé- pero no es lo que quiero, hay muchas cláusulas y condiciones que no me benefician en nada y dirección no está dispuesto a dar el dinero, dice que es demasiado gasto para un artista nuevo- odiaba que hasta en eso Valentina tuviera que meterse, ella era una de los representantes del comité de dirección
-¿Y si le dices a tu papá?- había pensado mucho en aquello, pero no quería que mi padre sintiera culpa por lo sucedido con Richard.
-No quiero involucrarlo- Valeria tomó mi mano con cariño, lo que me hizo poner nervioso, ella había sido la única amiga que había tenido en toda mi vida, pero desde que había regresado de Australia su comportamiento hacia mí había cambiado, o tal vez solo era que se había vuelto mucho más bonita y atractiva. Tenía el cabello largo como Valentina, pero a diferencia de ella, tenía el pelo rojo como el señor Lorens y los ojos azules como la señora Lorens, mientras que Valentina había heredado los ojos grises de su padre y el cabello negro de su madre.
-Tienes talento, alguien se dará cuenta- asentí con nerviosismo y ella soltó mi mano mientras se recostaba en su asiento- por cierto, nunca me has cantado nada- me reí como tonto tratando de calmarme
-Tal vez después- dije sintiéndome tímido de nuevo
-¿No me digas que te da pena conmigo?- preguntó fingiendo sorpresa
-Le tiene miedo hasta a su propia sombra, no te sorprendas- interrumpió la odiosa voz de Valentina, haciendo acto de presencia detrás de su hermana.
-No lo moleste Valen- intervino Valeria desaprobando su actitud. Valentina caminó hasta posicionarse detrás mío y colocó sus manos en mis hombros de repente haciéndome dar un brinco de miedo, nada bueno me sucedía cuando ella estaba cerca.
-¿Trajiste tu auto?- pase saliva con dificultad cuando me hablo
-¿Yo?
-No, la silla- respondió con sarcasmo. Valentina retiró sus manos de mis hombros de repente y tomó las hojas del contrato que Valeria había dejado en la mesa de estar -¿Si o no?- insistió dándole una mirada al contrato
-Si… si lo traje
-Dame las llaves- exigió
-No seas así, al menos pídele el favor- la regaño Valeria, pero Valentina extendió su mano hacia mi esperando las llaves e ignorando a su hermana menor
-¿Para qué?- pregunté
-¿Que te importa?
-Es mi carro- dije de forma obvia, ella caminó hasta mí con esa mirada intimidante y yo me encogí en la silla.
-¿Me estás retando Freaky?- yo negué con la cabeza y ella retrocedió un poco- Bien entonces pásame las llaves- Valeria tomó del brazo a su hermana e hizo que la mirara
-¿Que te cuesta ser un poco más amable?- preguntó con molestia Valeria
-Él sabe que es jugando ¿Verdad?- yo asentí aterrado para evitarme problemas futuros, solo quería vivir en paz mi último año de estudio antes de ir a la universidad, aunque por fortuna Valentina hacía mucho se había graduado del colegio.
-¿Es por los periodistas?- preguntó Valeria dirigiéndose a su hermana, está vez más relajada
-Solo necesito un auto diferente- Respondió Valentina
-No puedo prestar mi auto- respondí
-¿Si estás notando que no te estoy pidiendo el favor?- dijo Valentina volviéndose hacia mí- si quieres grabar en esta disquera colabora un poco, mientras yo me siga negando, ni aunque tengas los mejores patrocinadores podrás hacerlo ¿Comprendes?- saqué las llaves resignado, Valentina era dueña del cincuenta por ciento de la disquera así que se las entregue- que bueno que entiendas- ella me devolvió las hojas y se alejó de allí con mis llaves.
-Valen…
-Voy de afán Valeria- informo y bajó las escaleras
-Ella no es una mala persona- la defiende Valeria como muchas ocasiones anteriores- ya verás que está vez todo será diferente- me dijo con preocupación mientras se ponía de pie- ha cambiado mucho- asentí no muy convencido, pero Valentina era la hermana de Valeria y Valeria era mi amiga, así que no podía hacer mucho para no relacionarme con Valentina.
Un ruido de celular llamó mi atención no sabía en qué momento Valentina había dejado olvidado su teléfono en la mesa, así que lo tomé y sin querer leí el mensaje
“Alan: Te estoy esperando ¿Por qué siempre te retrasas?” me vi extrañado, Alan y Valentina nunca se la llevaron bien fuera de aquella casa, ese era como un lugar neutro o donde no tenían que fingir una enemistad que todas luces era muy extraña, fuera de la casa de los Lorens no solían tratarse ni siquiera por temas de trabajo. Valeria tomó el celular de su hermana mayor cuando vio mi rostro, miró el mensaje y pareció entender algo.
-No es nada, pero no lo comentes- asentí mientras ella guardaba el celular
-Lo prometo- contesté extrañado- ¿Están saliendo?
-¿Ellos? ¿Saliendo?- Valeria se río y negó rápidamente- no pueden ni verse- contestó- están trabajando en algo juntos, pero ya sabes cómo es su vida, si alguien se entera dirán todo tipo de cosas- hice un movimiento afirmativo y me recosté de nuevo en el sillón- pero no es algo del otro mundo, es solo un guion- volví a asentir y revise los papeles de nuevo como si ese acto me diera una solución diferente. Valeria tomó su celular y se paró en la esquina de la sala mientras miraba por la ventana- bebé ¿Quieres que hable con Alan?- La mire poco convencido, Alan nunca me hizo nada, pero siempre se había burlado de mi con Valentina.
-No, no es necesario, ya aparecerán patrocinadores- sus ojos azules regresaron a su celular y me sentí un poco extraño mirándola en detalle. Valeria era tan bonita como su hermana, pero eran muy distintas, tanto físicamente como personalmente. Valeria era agradable, Valentina no, Valeria era una gran persona, Valentina obviamente no, Valeria era bonita, era popular, social, todos querían salir con ella, poder tener al menos una cita. No sabía porque seguía siendo mi amiga, yo no tenía nada bueno, yo solo era el hijo del mejor amigo de su papá.
Capitulo 3
↝↜Calina↝↜
Tan pronto salimos de la sala de abordaje el aire caliente de la ciudad me sofocó, estaba acostumbrada a las temperaturas bajas, así que la temperatura tropical me tomó por sorpresa. Mire todo con emoción, estaba en la tierra de Vannia, finalmente conocería a su familia y a su hermana Valentina, mi artista favorita.
Tomamos un taxi hasta la mansión Lorens, la había visto por televisión y en internet, pero cuando estuvimos frente a la casa me di cuenta que era mucho más grande y bonita de lo que parecía en fotos, era como un gran castillo.
En la entrada de la casa había muchos periodistas reunidos. Había leído que el papá de Vannia se había lanzado como presidente y era muy popular en las encuestas. Tuvimos que bajarnos detrás de la multitud y abrirnos paso hasta la cámara de reconocimiento. Vannia se acercó a ella y se identificó.
El portón de la casa de los padres de Vannia se abrió dejando ver una gran mansión en lo alto de una colina baja, el camino hasta la casa tenía arbustos a cada lado, al frente de la casa había una gran fuente en forma de león, y en el parqueadero había tantos carros que parecía un concesionario. Tenía también un extenso patio que no se veía hasta donde iba. Mire asombrada aquella hermosa casa, tenía cuatro pisos, grandes ventanales y un estilo moderno. La segunda y tercera planta tenía balcones por donde se miraba.
Los hombres de seguridad nos indicaron que pasáramos y retuvieron a las personas que intentaron entrar, eran muchas y todas hacían preguntas y tomaban fotos. Los de seguridad nos pidieron que nos montáramos en un auto que nos llevaría hasta lo alto de la colina.
Vannia me mostró a lo lejos uno de los hangares de su familia, tenían helicópteros propios y Valentina tenía un avión privado que había comprado, de eso me enteré en un documental. La familia de Vannia tenía mucho dinero, el papá era dueño de dos bancos que estaban asociados bajo el nombre de grupo Lorens. La mamá era dueña de una multinacional de autos de alta gama, llamados D’laurentis, no entendía mucho la afición por usar el apellido como marca, pero funcionaba. Valentina era una de las hermanas menores de Vannia, tenía el cabello negro al igual que Vannia y la señora Sara, pero sus ojos en vez de ser como los de Vannia y su mamá eran grises como los del señor Lorens. Valentina en un par de días cumpliría veinte, ella era una supermodelo famosa, la imagen comercial de la empresa de la señora Sara D’laurentis, también era cantante, diseñadora, actriz, tenía su propia marca de ropa exclusiva, era dueña de un canal y accionista en la disquera que trabajaba y estaba a punto de graduarse de su segunda carrera como economista, ella era muy exitosa e inteligente, aparte de que tenía un coeficiente demasiado alto, lo que la convertía en uno de los genios de la época.
La hermana menor de Vannia se llamaba Valeria, ella tenía diecisiete años, la misma edad que yo, también era muy bonita, se parecía más al señor Lorens que a la señora Sara, en cambió Vannia se parecía mucho a la señora Sara, tenía el cabello negro y los ojos azules, y Valentina era una mezcla de ambos. Me emocionaba mucho conocer a la familia de mi cuñada, ella no hablaba de ellos, así que todo lo que sabía lo había averiguado en internet. Era fans de Valentina a pesar de lo poco que me había contado Vannia de ella.
-Cali, mi familia es un poco difícil- me advirtió otra vez cuando el carro se detuvo- mis hermanas son reacias a conocer gente nueva- insistió antes de bajarnos del auto- solo mis padres saben que vine, así que si alguna de mis hermanas hace algún comentario hostil ignóralas, no es por ti- Vannia estaba muy preocupada por la reacción de sus hermanas y era lógico habían pasado cinco años desde que su familia había tenido noticias de ella.
-Ok- dije bajándome emocionada
-Cali, espera. También quería pedirte que no vayas a molestar a Valentina, ella es un poco difícil de tratar, solo es amable ante las cámaras- dijo casi suplicando- no quiero que te haga sentir mal- asentí sin prestar mucha atención, no podía creer que estaba finalmente allí a punto de conocer a una de mis estrellas favoritas y a saber por fin algo de la familia de Vannia.
Llegamos hasta la puerta y otros hombres de seguridad nos permitieron entrar, me quedé anonadada tan pronto vi la sala, era gigante, tenía mucha luz y muebles finísimos.
-Buenas tardes- saludé con un poco de dificultad por mi acento al ver a un joven de cabellos negros y ojos igual de oscuros sentado en uno de los sillones del recibidor, era simpático, no como imaginé serían los amigos de Valentina, pero bastante simpático, además que llevaba unos entes que le daban aire de intelectual.
-Buenas tardes- contestó con timidez y volvió su mirada a unos papeles, supuse que debía tener mi edad
-Supongo que eres Edward- dijo Vannia haciendo que el la mirará, asintió un poco temeroso y extrañado- ¿No te acuerdas de mí? Soy Vannia- el siguió perdido así que ella continuo- la última vez que te vi tendrías unos siete años- él la miró perdido y ella le restó importancia- Y tú hermano ¿Cómo está?- él desvió su vista hacia algún punto con tristeza y comprendí que Vannia se había mantenido aislada de todos durante mucho tiempo.
-El murió hace tres años- contestó incómodo
-Lo siento- respondió Vannia girándose hacia algún lado. Yo me senté en el sillón frente a él, curiosa.
-Soy Calina Kunetsova – estiré mi mano- ¿Cómo te llamas?- él me sonrió un poco emocionado y me callo bien al instante, estrecho mi mano suavemente y con bastante timidez respondió poniéndose rojo.
-Edward Harris un gusto- le devolví la sonrisa emocionada
-También me da gusto
-Bienvenida señora Vannia, bienvenida señorita- dijo un hombre llegando hasta nosotras y tomando nuestro equipaje- los señores han pedido que les preparemos una habitación- me despedí de Edward con la mano y seguí a Vannia maravillada por aquella casa- el señor Oliver pidió que tan pronto se instale baje a hablar con él- Vannia asintió nerviosa, mientras me daba una mirada de soslayo.
-¿Mi mamá no está?- preguntó
-No señora, está en una rueda de prensa- el hombre colocó nuestro equipaje en la entrada de una habitación y se giró hacia nosotras- si necesitan algo estaré pendiente
-Gracias- respondió Vannia abriendo la puerta, mire el interior sorprendida, aquel cuarto era más grande que mi casa en Moscú.
-¡Wao, es genial!- dije mirando cada detalle- ¿Viviremos aquí?
-Depende de lo que mi padre diga- contestó entrando las maletas y cerrando la puerta- realmente no creo que sea una buena idea que vivamos aquí
-¿Por qué lo dices?
-Ya te darás cuenta- Vannia solo desempaco las cosas de aseo y se arregló un poco para ir a hablar con su padre. Salimos de la habitación juntas. Aún no podía creer que estaba en la casa de Valentina, la fabulosa pero misteriosa mansión Lorens. Había todo tipo de historias acerca de aquella casa, era fascinante estar dentro.
Llegamos hasta el despacho del papá de Vannia, ella tocó la puerta y una voz de hombre le indico que pasara.
-Espérame aquí- pidió mi cuñada entrando y cerrando la puerta, me di la vuelta y mire hacia la sala de estar donde había visto a Edward, pero ya no estaba allí. Caminé hasta la sala y me senté un poco aburrida, la casa se sentía bastante sola y al ser tan grande dudaba mucho que me encontrará con Valentina por algún pasillo.
Después de una hora de espera me puse a caminar de un lado a otro impaciente. El reencuentro de Vannia con su padre estaba tomando más tiempo de lo que había esperado. Observé con detalle cada lugar de la sala y al mirar por el ventanal reconocí a Alan Caycedo, quien acaba de bajar de su deportivo y caminaba hacia la entrada de la casa. Alan también era muy famoso y muy simpático, Vannia no se perdía ninguno de sus programas, así que de esa forma lo había visto por televisión, era muy alto, de unos veinticinco años, vestía un traje de alpaca gris que resaltaba el color de sus ojos y contrastaba con su cabello rojizo.
La puerta principal se abrió dándole paso a Alan, personalmente era mucho más atractivo que en pantalla, sus ojos grises mucho más claros, además tenía una sonrisa encantadora, mi hermano y yo molestábamos a Vannia con él, decíamos que era su amor platónico, ella siempre se molestaba, pero sí era muy atractivo. El camino en dirección a la escalera, pero al notar mi presencia se giró de repente. Me dio una media sonrisa y se acercó a mí.
-Hola- dijo con una sonrisa amigable- ¿Eres la amiga de Valeria?- yo negué rápidamente sin poder decir nada de la emoción y el me dio una mirada confundido- disculpa entonces, dijo que vendrían sus compañeras hoy- Alan miró hacia la escalera por dónde venía bajando Valeria, me sorprendió ver lo alta que era ella también.
-Hola bebé, ¿Por qué te demoraste tanto?- Valeria le dio un abrazo muy cariñoso a Alan y él le dio un beso en la frente, ella se dio cuenta de mi presencia y se apartó de él sin soltar su mano- ¿Quién eres tú?- me preguntó curiosa
-Me llamo Calina Kunetsova- dije poniéndome de pie ante su mirada escudriñadora
-¡Que genial, eres extranjera! ¿Verdad?- Valeria se acercó a mí interesada y me tendió su mano- me llamo Valeria- se presentó- ¿Y cuantos años tienes?
-Diecisiete- conteste sin poder creer que estaba hablando con ella, Valeria se giró hacia Alan y le dio una mirada sugerente
-Ella tiene mi edad- le dijo
-Si lo sospeché- dijo el actor acercándose a nosotras
-¿Y no te importa?- preguntó Valeria
-¿Por qué lo haría?- respondía Alan confundido, yo observé a ambos sin entender qué estaba pasando y Valeria volvió a mirarme
-Cuando me dijiste que estabas saliendo con alguien, creí que era una chica mayor- dijo girándome hacia mi- sin ofender Calina, pero es que él te lleva ocho años- Alan se río divertido ante la situación
-La acabo de conocer, creí que era tu amiga- contestó Alan poniéndose un poco serio- ¿No me digas que eres amiga de Valentina? porque eso sí sería sorprendente- estaba claro que había una confusión
-No, yo vine con Vannia- ellos me miraron con actitud perpleja y la mirada que ellos se dieron después no me agradó en absoluto, era una mirada sorprendida pero no de una buena manera.
-¿Vannia regresó?- pregunto Valeria borrando su sonrisa y usando un tono poco amigable, asentí preocupada de repente, Vannia me había contado que la relación con sus hermanas no era buena, pero habían pasado cinco años desde la última vez que se habían visto, pensé que al menos se sentirían felices.
Justo en ese momento Vannia salió del despacho y apareció tras ellos, no se percató de ellos, venía con la cabeza agachada y se veía triste. Ambos me vieron mirar a sus espaldas y se giraron curiosos. El rostro de Alan se puso muy serio al ver mi cuñada y ella también se puso seria cuando alzó la mirada y se lo cruzo, me dio la sensación de que algo extraño sucedía entre ellos.
Alan dio varios pasos hacia tras en estado de shock y luego como si estuviera huyendo abandonó la casa, Vannia intentó detenerlo, pero Valeria se lo impidió saliéndole al encuentro.
-¿Por qué volviste ahora?- le reprochó con seriedad -Han pasado cinco años- se veía molesta, confundida y muy sorprendida.
-Val, que grande estas- dijo con dificultad Vannia, intentó darle un abrazo, pero ella se apartó
-¡¿Sabes lo que lloro mamá cuando te fuiste?!- dijo Valeria en respuesta, no esperaba aquella reacción de parte de ella- ¿O por todo lo que tuvo que pasar Alan para recuperarse?- preguntó con evidente molestia- ahora apareces como si nada, ¿Esta vez también te vas a ir cuando las cosas se pongan mal? porque si quieres hacerlo este es el momento, en esta familia nada está bien
-¿No te alegra verme?- pregunto con dolor Vannia y yo me removí incómoda en mi lugar
-No, no me alegra. Le hiciste mucho daño a esta familia… duramos años buscándote, al menos pudiste haber dicho que estabas bien que seguías viva, con eso mis papás hubieran podido estar tranquilos, pero no, hiciste que nos preocupáramos y al final tienes el descaro de volver
-Lo siento
-No, lo sentimos nosotros, porque ya no eres bienvenida en esta casa- Valeria paso por su lado en dirección a la escalera con los ojos llenos de lágrimas
-Tú no sabes todo lo que me tocó pasar- la detuvo Vannia girándose hacia ella y dándome la espalda. Había sido una mala, pésima idea haber ido allí, el doctor había dicho que Vannia debía mantenerse alejada de las emociones negativas y al parecer el regreso de Vannia no le había sentado bien a la menor de las Lorens.
-Si lo es- respondió con rencor Valeria y se alejó en dirección subiendo a toda velocidad. Vannia dejó que las lágrimas se asomaron a sus ojos. Me dirigí rápidamente hacia ella y la abracé, ella se puso a llorar allí, supuse que le había ido mal en su reencuentro con su padre también.
-Vamos a la habitación- indiqué, ella me siguió a paso lento.
-Esta noche conocerás a mi familia, pero no te hagas ilusiones Cali, a nadie le alegra que haya regresado- me informó con voz triste.
Capitulo 4
↝↜Edward↝↜
Me acosté en la cama cansado, acababa de volver a mi casa. El teléfono de mi habitación sonó de imprevisto, normalmente no recibía llamadas de nadie, excepto de mi mamá y esporádicamente de Valeria, pero desde que mi padre había obtenido mi custodia mi mamá no había vuelto a llamar.
-Buenas noches ¿Quién habla?- conteste mientras me quitaba los zapatos y me colocaba el pijama
-Hola Edward- respondió una voz robotizada que me produjo un terrible escalofrío
-¿Quién habla?- pregunté nuevamente
-Alguien que quiere ayudarte a cumplir tus sueños, sé que necesitas patrocinadores influyentes y quiero hacer un trato contigo
-Eso es con el productor- conteste un poco nervioso mientras me disponía a ir hasta la habitación de mi padre
-Yo te recomiendo que me escuches antes de hacer cualquier cosa, estando en tu cuarto solo los empleados suelen desentenderse de sus obligaciones- me detuve sosteniendo la perilla en la mano con miedo
-¿Qué quiere? Mi padre es el que tiene dinero, yo no tengo nada, de verdad- me empecé a sentir aterrado
-Calma muchacho, no soy ningún estafador ni nada por el estilo. Solo necesito tu colaboración
-¿Con que?
-Hace dos años ocurrió un asesinato, los principales sospechosos eran Valentina Lorens, Santiago McCartney y Jimena O’Pherer. Pero el caso se cerró y la muerte fue hecha pasar por un accidente de auto. Todas las pruebas del caso desaparecieron misteriosamente. Jimena desapareció y todo el que intenta investigar a Santiago o a Valentina, termina muerto, loco o desaparecido- pase saliva aterrado
-Yo no sé nada de eso, se lo juro, ni siquiera vivía aquí hace dos años
-Lo sé, pero tú tienes la facilidad de entrar en la casa de los Lorens sin llamar la atención
-No puedo ayudarle, además está cometiendo un delito, soy menor de edad y debe ponerse en contacto con mi padre si desea hablar conmigo- colgué la llamada con miedo y me dispuse a salir. Una luz roja de láser pasó por mi puerta, haciéndome retroceder asustado, me giré hacia el espejo y vi que tenía el punto en la frente, las manos me empezaron a temblar y los ojos se me llenaron de lágrimas. El teléfono sonó de nuevo así que conteste.
-Sería una lástima echar a perder tu alfombra- hablo la voz robotizada -Hay un franco tirador apuntando a tu cabeza, un disparo silencioso y certero acabaría con la vida del único hijo del doctor Harris, sería una pena que su hijo menor también muriera, seguro el senador Lorens haría hasta lo imposible por descubrir al culpable de tu asesinato, pero pasarían años antes de que logara saber el motivo de tu muerte- sentí los ojos llenárseme de lágrimas por la angustia, estaba más que asustado, estaba aterrado.
-¿Que quiere?- estaba al borde del colapso por el miedo que sentía
-Que nos colabores, las pruebas contras Valentina Lorens desaparecen, pero si logras darnos algo concreto que demuestre su inocencia o su culpabilidad el caso habrá terminado para ti- mi labio inferior temblaba y mis manos también, seguí mirando la luz roja sobre mi cabeza y mi respiración era cada vez más agitada- si nos colaboras tendrás los patrocinadores, fama y a tu padre fuera de todo esto- se hizo un silencio prolongado que fue interrumpido por la voz robótica de nuevo- Si no lo haces, comprenderás que no podemos dejar que nadie sepa de nuestra existencia, así que tendré que dar la orden de que disparen- alce la mirada hacia la ventana asustado, no podía ver nada más allá de oscuridad.
-¿Por qué yo?- pregunte sin entender la razón
-Podría darte muchas razones, pero te daré una, porque tu padre esta hasta el cuello en todo esto por proteger a alguien que posiblemente cometió un asesinato
-¿Y si Valentina es inocente?
-Seis de mis mejores agentes han sido asesinados en el último mes por investigarla, si es inocente ¿Que oculta entonces?- ahogué un sollozo al comprender que solo tenía una opción
-Pero igual no puedo ayudarle en nada, no sé nada acerca de ella
-Claro que sí, puedes comenzar diciendo ¿Quién era la persona con la que se fue en tu auto?
-Alan Caycedo- mi labio empezó a temblar y se me dificulta hablar
-¿A dónde iban?
-No lo sé- respondí- ella no es mi amiga, me enteré por accidente
-¿Esperas que crea que le prestaste tu auto favorito sin saber que iba a hacer con él?
-Valentina no es alguien a quien se le pueda decir que no- el haz de luz desapareció haciendo que un poco de tensión se fuera- me pidió mi auto y tuve que prestárselo
-Bien, te creo- respondió la voz robotizada- está de más decirte que nadie puede enterarse de esta conversación, si eso sucede todo el que sepa morirá. Tengo ojos y oídos en todos lados- su amenaza me intimido mucho así que solo guarde silencio y asentí- bien, tendrás los patrocinadores mañana mismo y tu primer trabajo también- la llamada se cortó, deje caer el teléfono y me deje caer al suelo asustado, me lleve las manos a la cabeza y empecé a llorar con desespero.
¿Qué había hecho yo para que me sucediera eso?
↝↜Vannia↝↜
-Señora Vannia por favor baje a comer- dijo una de las empleadas- ya las están esperando
-Gracias- mire a Calina muy nerviosa y respire una vez más antes de salir, había pasado toda la tarde llorando, estaba arrepentida de haber vuelto. Solo esperaba que mi mamá si se alegrará de verme o al menos que no fuera tan dura como mi padre.
Llegué hasta el comedor en compañía de Calina, allí estaba mi padre, mi madre, Valeria, el mejor amigo de mi papá y Alan quien mantuvo su mirada fija en la mesa, sentí mucho miedo de su reacción, no quería que me odiara, pero era lo más seguro. Valeria tomaba la mano de Alan fuertemente tratando de apoyarlo, espere no tener más problemas esa noche.
Mi madre se levantó con los ojos llenos de lágrimas y llegó hasta mí y sin aviso me abrazo con cariño
-Hija- dijo con alegría en su voz, yo no pude evitar ponerme a llorar en los brazos de mi mamá, la había extrañado tanto- realmente estas aquí- mi mamá también estaba llorando, pero en su rostro había una hermosa sonrisa plasmada, me dio muchos besos y me abrazó de nuevo como si temiera que desapareciera.
-Lo siento mucho mamá- dije con un profundo dolor en mi pecho- lo siento tanto…
-Está bien mi niña, está bien
-Bueno, sentémonos a comer- dijo mi padre con seriedad, mi mamá me tomó de la mano y me guío hasta un asiento junto al suyo. Me seque los ojos y le indique a Calina que se sentará a mi lado y mire con curiosidad el puesto de Valentina. Mi papá se dio cuenta de mi mirada y se apresuró a explicar- Valentina se disculpa por no poder asistir, tiene un inconveniente
-No digas mentiras papá- intervino Valeria mirándome con mucho rencor- Valentina no bajo porque tú estás aquí, ella no quiere verte y pues ella… no es tan dócil como el resto de nosotros- ella miro con rencor a mi papá y se llevó un bocado de comida a la boca, baje la mirada, no me afectaba que Valentina no quisiera verme, pero si me dolía el comportamiento de Valeria hacia mí.
-Valentina se siente un poco mal eso es todo- dijo mi mamá dándole una mirada severa a mi hermana.
-Me alegra mucho que hayas vuelto Vannia- dijo el doctor sonriendo- ¿Piensas quedarte o vienes de vacaciones?
-Se quedará- informo mi papá procediendo a probar su comida- su esposo llegará en dos semanas- Alan alzó la mirada hacia mi padre y no pude descifrar su mirada, luego puso sus ojos grises en mí y me miró fijamente un instante.
-Si me disculpan me retiro un instante- dijo colocándose de pie y alejándose, baje la mirada con dolor, iba a ser fácil adaptarme a esa nueva vida.
-Te casaste- dijo mi madre intentando sonreír
-Lo siento mamá- ella negó con la cabeza para indicarme que no había problema
-Es bueno que hayas regresado- dijo y observó a Calina curiosa- ¿Y ella es…?
-Su cuñada- dijo mi padre aún muy serio- Valeria ve por Alan- ordenó y mi hermana se puso de pie prácticamente matándome con la mirada.
-Ya vuelvo- dijo, Calina me miró incómoda, estreché su mano esperando que aquella incómoda cena acabara pronto. Pasaron varios minutos y ninguno de los dos regresó, mi padre estaba impaciente y el doctor trataba de que mi mamá y mi papá no terminarán discutiendo, estaban hablando entre ellos en voz baja. Calina miró su plato todo el tiempo, bastante desilusionada.
↝↜Alan↝↜
-¿Ya la viste?- pregunté con un enredo de sentimientos en mi pecho
-¿Tu qué crees?- preguntó Valentina displicente- Vannia volvió a la casa, no a mi vida, no quiero verla, ella se fue… estábamos bien sin ella- Valeria entró sin tocar la puerta mientras sostenía una caja en sus manos
-Mi papá quiere que bajes- me avisó y camino hasta Valentina y le entregó la caja- y esto acaba de llegar para ti… viene de Madrid- Valentina recibió la caja extrañada, se sentó en la cama y la abrió
-No tiene remitente- observó- ¿Cómo ha podido llegar hasta aquí?- Valeria y yo nos miramos preocupados y nos encogimos de hombros mientras observábamos atentos- está mañana también recibí una llamada de un número desconocido con indicativo más treinta y cuatro
Valentina tomó una nota que venía en el interior, al verla su rostro palideció y su respiración se tornó un poco agitada. Me acerque a ella y tome la nota.
-¿Que dice?- preguntó Valeria
–“Feliz cumpleaños, Mi Ángel” -solo había una persona que la llamaba de esa manera. Un sentimiento de miedo se apoderó de mí, aquello era bastante extraño
Mi Ángel…
Tomé la caja y saqué lo que venía adentro, un traje de joven. La tela era muy fina. Le resté importancia y empecé a mirarlo bien, la primera prenda era un pantalón negro, con prenses y correas para guindar; también había una camisa blanca de abotonar, tenía dos bolsillos y en uno de ellos había otra nota.
“Ángel caído”
Al mirar más detenidamente el pantalón pude notar que estaba sucio, las botas tenían un montón de lodo secó, y había partes mohosas muestra de que había estado guardado un largo tiempo; la camisa estaba en mejores condiciones, pero tenía dos manchas cafés en los puños, parecían sangre seca, aparte la idea inmediatamente. Le di la vuelta y la miré por detrás en el cuello tenía las iniciales S. R. Valentina tomó la segunda nota y la leyó con miedo, se llevó las manos a la cabeza y dio un paso atrás impactada, la tomé por los brazos al ver lo pálida que se ponía.
-Sebastián…- dijo antes de perder el conocimiento
↝↜Vannia↝↜
-¡Mamá, Valentina se ha desmayado!- gritó Valeria con desespero- ¡Mamá! ¡Papá!- mis padres y el doctor se pusieron de pie a toda prisa, y corrieron hacia el tercer piso donde quedaban las habitaciones. Me puse de pie preocupada y los seguí indecisa, a pesar de todos los problemas aquella seguía siendo en parte mi casa.
-¿Qué sucede?- preguntó con angustia Calina siguiéndome
-No lo sé- respondí llegando hasta la habitación de Valentina- mi hermana siempre ha tenido una salud frágil- Alan llevaba a Valentina en brazos hacia su cama, mi papá se veía muy preocupado, aunque el doctor trataba de tranquilizarlo, mi mamá estaba abrazando a Valeria que se veía muy asustada
-Yo solo le entregue este paquete que le habían enviado por su cumpleaños- explico Valeria apenas en tono audible- al leer la nota empezado a… a respirar así, como dada vez que sucede… y… y luego perdido el conocimiento- respondió con angustia
-¿Que le sucede mamá?- pregunté algo insegura
-Desde la muerte de Verónica experimenta episodios de pánico- dijo sin mirarme- pero últimamente soy muy frecuentes- confesó triste, al parecer el tema de Verónica seguía siendo un tabú en la familia, un silencio incómodo se instauró en aquel sitio. Alan se apartó hacia el balcón de la habitación de Valentina y nos dio la espalda. Tenía que hablar con él, pero ya hallaría el momento.
-Debe ser el trabajo ha estado grabando los últimos días- respondió el doctor examinándola- Ha estado sometida a mucho estrés, debe descansar
-Tú sabes que no hace caso- dijo mi padre- viste como se puso ayer cuando le dije que no podía salir- el doctor asintió con aire ausente y nos miró- solo necesita descansar no se preocupen
-Alan cariño, ven- llamó mi mamá, Alan camino hasta nosotros sin mirarme en ningún momento y pasó por mi lado casi como si fuera carbón encendido y temiera quemarse. Solo mi padre y el doctor quedaron en la habitación de Valentina y cerraron la puerta. Valeria, Alan y mi mamá empezaron a caminar de regreso al comedor, yo aproveche que ya no me veían y me acerque a la puerta.
-¿Qué haces?- preguntó Calina intrigada, le indique que hiciera silencio y me acerque a la puerta.
-…Ha dejado de tomar la medicina- informó con seriedad el doctor Edward- tú sabes lo peligroso que es, en este momento no podemos someterla al tratamiento podría ser peligroso
-¿Y qué hago?- mi padre se oía agobiado- no puedo retenerla más tiempo, pronto se casará y ella no quiere estar más aquí- me sorprendió saber aquello, no me imaginaba quien podría ser el valiente que la soportaría por el resto de la vida- no se ha marchado aún por Valeria, pero has visto cómo es su relación con todos nosotros, además ahora que Vannia regreso no se si Valentina pueda soportar vivir bajo el mismo techo que ella
-Oliver debemos hallar la manera de que Valentina acceda a continuar el tratamiento que veía recibiendo, sino- hizo una pausa larga- sino será más difícil que se mejore.
↝↜Alan↝↜
El regreso de Vannia me había tomado por sorpresa, verla allí, enterarme que se había casado me provocó un profundo dolor, no pensé que volvería a verla y creí que si sucedía lograría mírala de forma indiferente pero no era así, mi corazón latía tan rápido al mirarla, seguía siendo hermosa, todo en ella era como la recordaba solo que ahora estaba casada. No tenía motivos para estar molesto, pero lo estaba, solo pensaba en preguntarle porque lo había hecho, porque se había ido sin decir nada, pero a esas alturas nada podría arreglarse, ella me había hecho mucho daño. Todo había terminado cinco años atrás cuando al necesitarla recibí su indiferencia y aquella dureza con que me trato. Mire por el ventanal hacia el jardín mientras una sensación ardiente quemaba mi pecho.
-No voy a preguntarte si estás bien, es más que obvio que no lo estas- dijo Valeria parándose a mi lado mientras me abrazaba con cariño, sus ojos aún estaban rojo de tanto llorar, había peleado con Valentina hacía un par de días y ahora ella había vuelto a tener una recaída, además Vannia había vuelto, comprendía cómo debía sentirse.
-Me tomó por sorpresa- confesé con desánimo- creí que cuando regresará no me dolería verla- Valeria derramó un par de lágrimas, las sequé rápidamente odiaba verla llorar.
-Siento que la odio tanto- la estreche fuertemente entre mis brazos- ¿Porque tenía que regresar ahora justo cuando estabas logrando superarla?
-Vale, estaré bien ¿Sí?- dije poco convencido- tarde o temprano tendría que volver a verla- mi celular sonó, interrumpiéndonos era Santiago así que conteste rápidamente, sabía que debía ser urgente, solo llamaba a ese número cuando lo era.
-Estoy en problemas Alan, tienes que ayudarme- Valeria me miró intrigada, yo sonreí para que no se preocupara
-Debo irme pequeña- le di un beso en la frente y me gire hacia Sara que miraba en dirección a las escaleras como si esperara a alguien- Sara me voy, tengo que hacer algo urgente- dije sin colgar- si sucede algo con Valentina me avisan por favor- le di un beso en la frente a Sara y la abrace para que se calmara un poco- va a estar bien, siempre lo logra
-Gracias hijo- dijo un poco más calmada- ve con cuidado y discúlpame por no decirte lo de Vannia- me removí incómodo en mi lugar, pero al final logré fingir una sonrisa despreocupada
-No hay problema- contesté, vi que Vannia iba bajando las escaleras en compañía de aquella niña, le di una última mirada a Valeria y salí a toda prisa para no tener que seguir viendo a Vannia. Me subí al auto y regresé a la llamada inmediatamente- ¿Qué sucedió?- pregunté preocupado
-Otro hombre está muerto- informó con voz ausente- intentaron matar a mi padre está tarde, por fortuna solo lo hirieron, pero ya saben que no tengo los papeles, seguramente ahora irán por ti
-Ella no saben que están en mi poder- hubo un silencio prolongado y comprendí que era serio lo que diría
-Saben que Valentina no los tiene- contestó- irán por ti Alan, así que deshazte de ellos
-Son las únicas pruebas que tenemos
-No importa, Sebastián ya no está, da igual si los guardamos o si nos deshacemos de ellos
-¿Los quemó?- pregunté llegando hasta el parqueadero de mi casa, me bajé a toda prisa y entre corriendo hasta mi habitación
-No, tráelos hasta nuestro sitio de reunión, allí estarán a salvo.
-Está bien- dije tomando el sobre y metiéndolo en un bolso, colgué la llamada y volví a salir rápido hacia el parqueadero, tome la camioneta negra que mi padre me había regalado, a esas horas era más fácil pasar desapercibido con un auto negro, y como no llevaría escolta no quería arriesgarme.
Maneje a toda velocidad hacia el norte de la ciudad para tomar la vía que iba hacia la zona costera, estaba muy cerca de mi destino cuando note que un auto me perseguía, no parecía tener interés en disimular, me alarme al ver que sacaban un arma por la ventana y empezaban a disparar en mi dirección, acelere y logré esquivar las balas. Tenía que hallar un lugar poblado de nuevo, no podía guiarlos hasta el único lugar seguro que Valentina, Santiago y yo teníamos. La vía estaba totalmente sola, si algo me sucedía allí, nadie podría ayudarme, mucho menos a esas horas. Traté de calmarme, pero no lograba perderlos, la carretera era muy estrecha y estaba llena de curvas y de precipicios, estuve a punto de salirme de la carretera y caer al abismo, pero afortunadamente logré controlar el auto. Mi teléfono empezó a sonar, lo conteste sin mirar quien era, solo necesitaba ayuda.
-Alan, no vayas a sacar el sobre de tu casa lo haremos mañana- me pidió Santiago alarmado- ellos están esperando por ti, si pones un pie fuera te mataran
-Es demasiado tarde, lo llevo conmigo- respondí alterado- me vienen siguiendo y me están disparando, no se ya por dónde voy, pero salí de la ciudad hace un par de kilómetros y no encuentro nada
-Cálmate iré por ti- dijo afanado- trata de perderlos
-¡Eso estoy tratando de hacer!- estaba desesperado cada vez estaban más cerca- ¡Pero esos malditos no me sueltan!
-Ok, iré por ti, trata de llegar a un pueblo, busca la policía, el ejército, pero no dejes que te maten- escuché que Santiago ponía su auto en movimiento y una notificación me indicaba que se había conectado a mi sistema de ubicación- me mantendré en la línea, no te preocupes, ya voy
-Santiago ¡Me van a matar!- estaba aterrado -¡Me van a matar!
-Estoy en camino, amigo- su voz era agitada, parecía más afanada que yo- no te van a matar, ya voy- trate de perder el auto pues me había igualado, pero siguió con agilidad cada una de mis maniobras, abandonar la ciudad había sido la peor decisión intenté regresar, pero un disparo proveniente de auto que me seguía hizo que acelerara para que no impactará con el neumático, si hubiera llevado a los escoltas no estaría metido en aquella situación. La llanta trasera recibió un impacto de bala pinchándola y haciendo que el auto prácticamente se arrastra torpemente sobre el pavimento, de todos los autos que tenía, tena que llevar el único que no era blindado, realmente a veces me sorprendía lo estúpido que podía llegara a ser.
-¡Santiago me alcanzaron! tienes que ayudarme me están disparando- comente en pánico- ¡El auto no es blindado!
-¡Calma voy en camino!- respondió preocupado, intente manejar mi auto pero no pude redireccionarlo solo escuche el chirrido que hacían las llantas al deslizarse por el pavimento mire con angustia el precipicio que se acercaba peligrosamente y gire el manubrio con desespero logrando quedar en el carril contrario, el ensordecedor pito de un camión que venía directo a mí me asustó, esquive el camión pero me salí del camino deslizado hacia el gran abismo, cerré los ojos esperando caer, el auto que me perseguía golpeó mi auto por atrás haciendo desviar su trayectoria y termine estrellándome contra una de las rocas que sobresalían en la montaña antes de precipitarse a la caída, mi auto chocó de frente contra la roca, un terrible dolor se hizo presenté en mi espalda y en mi costilla, intenté moverme pero el dolor me mareo, el sistema antichoque se activó un poco después del impacto impidiendo que me moviera, cerré los ojos empezando a ver borroso, me sentí sin fuerza, escuchaba a lo lejos la voz preocupada de Santiago que gritaba a través de teléfono pero no fui capaz ni de quejarme. Escuche la puerta trasera abrirse y luego cerrarse, se habían llevado el sobre, pero en ese momento solo podía pensar en que se me iba la vida y no había nadie para ayudarme.
Capitulo 5
↝↜Alan↝↜
Había pasado uno de los momentos más aterradores de mi vida la noche anterior, había estado a punto de morir de tres maneras distintas, asesinado, haber salido volando por el precipicio y estrellado por un camión. Por fortuna no había muerto, aunque había perdido los papeles.
-Lo siento amigo, de verdad, no pensé que sería tan peligroso- se disculpó Santiago mortificado
-Pierde cuidado, me preocupa es saber, ¿Cómo sabían que yo sacaría los documentos de mi casa?- Santiago me ayudó a sentarme en la cama. Me había hecho una fisura en la tercera costilla por eso me dolía moverme.
-No sé cómo se enteraron, me asegure de no estar cerca de nadie cuando te llame- dijo -en el sobre estaba el traspaso que le hizo Sebastián a Valentina
-Ahora no tenemos como probar que todo es legal- Santiago miró hacia la puerta y volvió su mirada a mi derrotado
-Además había otros documentos, cheques que Sebastián y Jimena firmaron… andaban en cosas raras con el narcotráfico, si lo que hay en ese sobre llega a las autoridades, será el final de todo, Valentina podría resultar involucrada- me llevé las manos a la cabeza al comprender la gravedad de la situación
-¿Valentina lo sabe?
-No- Santiago suspiro con tristeza y se sentó en la orilla de la cama- ella ni siquiera sabía que yo tenía esos papeles- la puerta se abrió de imprevisto y por ella apareció Valentina quien me dio una mirada de molestia
-¡¿Eres tonto o que te pasa?!- me regaño sin tiempo de decir nada- ¿Como se te ocurre salir sin escoltas?- Valentina camino hasta mi lado furiosa, Santiago me miro culpable sin decir ninguna palabra- ¿Que hacías por allá?
-Estaba haciendo cosas
-¡Si, y esas cosas casi te matan!
-¿Estás preocupada por mí?- Valentina se inclinó hacia mí con una mirada asesina en su rostro
-¿Tu qué crees idiota?
-Cálmate Valen, fue mi culpa- dijo Santiago acercándose a nosotros- yo le pedí que me llevara algo, en el camino empezaron a seguirlo, le dispararon y un auto lo estrello
-¿Y qué te llevaba?- su tono era peligroso
-Unos papeles de mis papás… solo buscaban eso
-¡Pues deja de ser tan irresponsable Santiago, porque un día de estos por tu culpa va a morir alguien!- Santiago la miró alarmado, pero ella lo ignoró
-Nos tienen vigilados ¿Comprendes?- dije tratando de que se calmara- todas las personas que nos rodean, están siendo vigiladas
-¿Pero por qué lo están haciendo?- preguntó Santiago al no encontrará sentido- ¿Podría ser por…?
-No- lo interrumpió Valentina dándole una mirada de advertencia- porque mi papá es candidato presidencial- respondió con fastidio- porque tus padres son los ministros de defensa y dueños de los principales puertos y porque la madre de Alan es la ministra de interior, ¿Quieres más razones? ¡Nuestros padres están trabajando en la misma fórmula política!
-Oye bájale hoy no estoy de humor para soportar esto- le pedí con dolor de cabeza- por si no lo recuerdas anoche tuve un accidente
-¿Es mi culpa?- ella me desquiciaba era simplemente insufrible- ¿Para que tienes un arma si no eres capaz de usarla?- dijo Valentina tomando su bolso- su hubieras muerto todo lo que hemos avanzado se habría ido a la basura
-Estás hablando de la vida de una persona- le reprochó Santiago molesto- y no de cualquiera, Alan es mi amigo- Valentina se giró hacia él con mirada severa
-Por tu culpa casi lo matan- le recordó con antipatía- definitivamente tu si has demostrado ser un pésimo amigo
-Oye el que hayas peleado con tu padre no es mi culpa, no te desquites conmigo- le pidió él
-No es por mi padre, solo déjame recordarte que Sebastián también era tu mejor amigo y ahora está muerto- Santiago y Valentina se sostuvieron la mirada diciéndose algo en silencio que sabrá Dios que fue, después de unos instantes Santiago bajo la mirada en actitud sumisa y Valentina salió de la habitación tirando la puerta, le di una mirada a Santiago restándole importancia a las palabras de Valentina, pero ella sabía usar las palabras oportunas para hacer daño.
Mientras Valentina salía, la oí discutir con mi madre por el pasillo del hospital, Santiago salió poco después y oí que empezaba a discutir con él y con mi madre, rodé los ojos con fastidio, Valentina era un dolor de cabeza… no, no era un dolor de cabeza, era El dolor de cabeza más insoportable del mundo.
↝↜Calina↝↜
Estaba un poco temerosa, la señora Sara me había conseguido un cupo en el colegio de Valeria en el salón de Valeria. Pero temía que, al ser cuñada de Vannia, Valeria simplemente decidiera odiarme.
-¿Qué enfermedad tiene Valentina?- pregunté curiosa mientras me colocaba el uniforme. Vannia continuó con su vista fija en la ventana hacia la casa del frente, era una mansión muy bonita y grande como la de los Lorens, también tenía cuatro pisos y estaba bastante lejos de la entrada.
-Nada grave, deficiencia de hierro en la sangre, cuando deja de tomar la medicina que el doctor le médica le pasa lo que sucedió ayer
-Pero eso puede llegar a ser grave- Vannia me miró y vi que estaba molesta
-Valentina solo quiere llamar la atención, siempre ha sido así
-No me pareció que estuviera solo llamando la atención, se veía muy enferma- Vannia se sentó a los pies de la cama y respiro profundo con impaciencia
-Valentina es una actriz, se ha ganado el premio a mejor actriz durante tres años consecutivos- me informo- no te dejes engañar
-¿Por qué te esfuerzas tanto en hacerla quedar mal?- pregunté un poco molesta- es tu hermana
-Y por lo mismo te digo las cosas, mantente alejada de Valentina, ella siempre encuentra la manera de hacer la vida miserable de quienes la rodean
-¿Le tienes celos?
-No son celos Cali, por muy difícil que parezca lo que estoy diciendo, Valentina no es una perita en dulce, Valentina es el demonio encarnado y por eso quiero que te mantengas alejada de ella
-No me había dado cuenta de que fueras esta clase de persona- me coloqué la corbata y me puse el chaleco listo para salir.
-Espero no tengas que darme la razón, pero Valentina solo utiliza a las personas, ella en realidad no quiere a nadie
Tomé mi maleta y salí de la habitación pensativa, era obvio que aquella familia tenía problemas, a pesar de que en la televisión siempre se mostraron como una familia perfecta.
La señora Sara me había dado uno de los uniformes de Valeria y el señor Oliver me había dado un iPod para ir a clase. Me preocupaba un poco el hecho de estudiar en el mismo salón que Valeria, ya que había dejado claro que no quería que Vannia viviera en la casa.
Bajé hasta el primer piso donde estaba la señora Sara esperándome junto a Valeria. El uniforme era muy bonito, la hacía ver cómo las chicas populares de las películas de Hollywood, ella era tan bonita como sus hermanas.
-Lástima que seas la cuñada de Vannia, pareces buena gente- dijo Valeria tan pronto llegue a su lado
-Mi amor dale la oportunidad- dijo la señora Sara dándole un beso en la frente- que Dios las bendiga- dijo y nos acompañó hasta la camioneta que nos llevaría.
-Te amo mamá- se despidió Valeria subiéndose al auto
-Hasta luego señora Sara- dije imitando a Valeria y sentándome a su lado
-Que les valla bien mis niñas- el auto se puso en movimiento y me pregunté si Valeria estaba molesta. Cuando Alek le propuso a Vannia que viviéramos con sus padres Vannia se negó, pero después de mucho pensarlo dijo que quizá sería una buena idea, cosa que para nada era cierto.
-¿Hace cuánto se casó Vannia con tu hermano?- me giré hacia Valeria cuando la escuché hablar
-Hace tres años- dije
-¿Alguna vez te hablo de nosotros?- negué con la cabeza, Valeria volvió su vista a la ventana y se quedó en silencio
-Yo lamento mucho molestar en tu casa, mi hermano y yo creímos que sería una buena idea que Vannia volviera con su familia
-Pues se han equivocado- contestó volviendo su mirada a mi- yo solo tengo una hermana y se llama Valentina- la mire con tristeza, no lograba entender por qué tanto resentimiento
-Vannia sufre de depresión- le informé sin saber si debía hacerlo o no- lo supimos un año después de que volvió a Moscú, además hace poco tuvo un aborto y no pudo afrontarlo de la mejor manera, mi hermano y yo solo queremos que ella sea feliz- Valeria me miró sorprendida y luego bajo la mirada con tristeza
-No lo sabía- contestó- es solo… que desde que Vannia se fue, mi familia se desarmó y la más afectada en todo esto ha sido Valentina… espero comprendas que no tengo nada en contra de ti, pero yo solo quiero que Valentina sea feliz- sonreí con tristeza, comprendía la posición de Valeria, no sabía que había sucedido para que ellas tuvieran tantos problemas siendo hermanas.
-Comprendo- me gire hacia la ventana con un extraño sentimiento de tristeza en mi pecho.
-Tienes unos ojos peculiares- comentó Valeria cambiando de tema- no había podido decírtelo- sonreí al escucharla
-Todos suelen decir lo mismo- respondí acostumbrada- es un raro trastorno del iris de los ojos, mi hermano también lo tiene y mi madre lo tenía- observé la pulsera de plata que mi mamá me había dado, mientras la recordaba- mi abuela materna también lo tenía y su madre también
-¿Es algo así como un gen recesivo?
-Podría decirse
-Igual son bonitos- comento- solo que no es común ver gente con ojos amarillos- me reí ante sus palabras
-Si, supongo- respondí- de niña me molestaban en el colegio por eso, pero con los años se volvió algo normal ser diferente, me di cuenta que ser única tiene muchas ventajas
-Como decir «la chica de los ojos amarillos ella es»- me reí junto a Valeria por sus palabras
-Por ejemplo- dije- las personas suelen identificarme así
-Seguro eres de ese tipo de personas que la gente no puede olvidar, yo no podría hacerlo, no creo que me crucé con nadie igual en mi vida
-Tu padre también tiene unos ojos únicos- dije al recordar el tono gris del señor Lorens
-Si, pero los ojos color gris son mucho más comunes que los tuyos, además mi papá es de ascendencia ucraniana, allí las personas suelen tener ojos claros.
-¿Y cómo terminaron acá en este lado del mundo?- pregunté curiosa
-Mi tatarabuelo era un negociante que le gustaban las apuestas, una vez apostó todo lo que tenía incluido su puerto y perdió, así que al quedar arruinado tomo rumbo en un buque de carga hacia América
-¿Ósea que el fundo el Banco?- pregunte curiosa al escuchar la historia.
-Si, acá se dio cuenta que el negocio de las apuestas era muy grande, así que fundó una casa de apuestas, descubrió que podía hacer dinero con las apuestas de otros y rápidamente juntó mucho dinero, así que las personas empezaron a buscarlo para que les prestará dinero. Fundó una casa de préstamos
-Es curioso que el banco tenga el apellido de ustedes- comente, Valeria asintió de acuerdo y procedió a seguir hablando
-De hecho, el banco y nuestro apellido se debe a mi tatarabuela, como en Ucrania mí ya sabes que, había dejado una joven a la que amaba volvió por ella y se casaron, mi tatarabuela murió joven por una extraña enfermedad así que para no olvidarla llamó a su negocio y a su hija como su esposa, Laourenstius. Y así el apellido de la familia cambió de Czajkowski a Laourenstius, pero con el paso del tiempo el nombre empezó a cambiar hasta terminar convirtiéndose en Lorens porque los otros dos eran muy difíciles y largos en español.
-Es una linda historia- conteste
-No sé si sea totalmente real, pero se ha repetido por generaciones en la familia- respondió encogiéndose de hombros- y tú familia ¿No tiene una historia extraña?
-Extraña no, pero un poco triste si, a la abuela de mi mamá la quemaron porque decían que era bruja, así que mi abuela tuvo que huir y esconderse por mucho tiempo hasta que la época oscura pasó. Supongo que mis antepasados producían miedo en las personas que no podían concebir la idea de lo diferentes que somos los humanos
-¿De dónde eres?
-Nací en Serguei Posad, pero crecí en Moscú
-¿Y tus papás son de allí?- baje la mirada un poco nostálgica ante la pregunta
-Mi mamá era de Moscú
-¿Murió?- hice un movimiento afirmativo con la cabeza- ¿Y tú papá dónde está?
-Ambos murieron en un accidente de auto- conteste con un nudo en la garganta, no me gustaba hablar de eso, odiaba recordar ese instante
-Lo siento Cali. Porqué te puedo decir Cali ¿Verdad?- asentí un poco más animada y la observé de reojo se encontraba seria mientras miraba por la ventana
-¿Estás bien?- ella se giró hacia mí y asintió dándome una sonrisa despreocupada
-Solo me preguntaba por qué la gente buena tiene que morir
-Es una pregunta difícil de responder- dije desviando mi mirada al paisaje
-¿Te gusta este país?
-Creo que sí- respondí rápidamente- solo me preocupa un poco lo que pasé con Vannia y ustedes
-Bueno, no es como si todo se fuera a arreglar de la noche a la mañana, pero Valentina terminará perdonándola, ella no sabe guardar rencor
-¿Y tú?
-La verdad no creo que pueda hacerlo
-Fue tan malo lo que hizo
-Si, fue realmente malo, demasiado malo, a decir verdad
↝↜Alan↝↜
Era mediodía cuando por fin llegué a mi casa, los enfermeros me ayudaron a subir hasta mi habitación y una señora de edad se quedó para cuidar de mi mientras me mejoraba del accidente, mi mamá no contrato a nadie joven porque según ella yo lograría corromperla, cosa que no era del todo cierto, ellas se corrompían solas.
Supe que Valeria había llegado por el recibimiento tan emotivo que había tenido mi mamá, las escuchaba hablar por las escaleras y reírse. Ella tocó la puerta y se asomó sonriente mientras me mostraba una caja de cereales, la miré extrañado y me pregunté con qué iba a salir en esa ocasión.
-¿Adivina que más te traje?- dijo sentándose a mi lado y dándome un beso en la frente- te traje un libro- le sonreí agradecido cuando me lo pasó- no hay nada mejor que comer cereal mientras lees- me reí ante aquel consejo, Valeria siempre salía con sus cosas- Me preocupé mucho cuando Valentina me dijo que habías quedado horrible, me dijo que estabas irreconocible- me reí de nuevo al escucharla
-¿Eso dijo?
-Y que además estabas diciendo puras incoherencias, que habías quedado muy mal- volví a reírme, pero ella me dio un leve golpe en el hombro- es serio Alan
-Bueno ya ves que nada es cierto- Valeria me acomodo el cabello y me miró un poco nostálgica
-Me asusté mucho cuando supe que habías tenido un accidente- la recosté a mí y la abracé enternecido, Valeria era una dulzura cuando estaba preocupada- ¿Que tal hubieras muerto?
-¿Cómo se te ocurre? ¿Y dejarte sola? Eso jamás- Valeria se apartó un poco de mí y me observó un largo rato
-No quiero perder a nadie más ¿Comprendes? Creo que he enterrado a suficientes personas en mi vida
-Eso no va a pasar- respondí sintiéndome culpable- mejor dime ¿Como te fue hoy sin mí?- dije cambiando de tema algo incomodo, odiaba ver a Valeria triste
-Bien, no se ha acabado el mundo- respondió siguiéndome la corriente
-Seguro debe ser horrible sin mi
-Soportable- respondió y se rio- oye, a todas estas, le prometí a Calina que le conseguiría un autógrafo tuyo- sacó una hoja de su maleta y me la paso junto a un esfero
-Me sorprende que se la lleven bien tan rápido- dije extrañado- pensé que te caía mal
-Ella es agradable, el único defecto que tiene es ser la cuñada de Vannia- sonrió emocionada- cuando la viste sin saber que era la cuñada de Vannia ¿Te desagrado?
-No- acepte
-Bueno, cuando uno comparte con ella se da cuenta que es agradable- tomé como pude la hoja y el esfero, y firmé
-¿Vannia se va a quedar?- pregunté resignado
-Al parecer sí, pero mi papá quiere que llegue el esposo de Vannia para que hablemos todos del tema- Valeria miró su maleta un poco ansiosa- bebé ayer te llamé para pedirte un favor, pero por todo el tema de la llegada de Vannia y tú accidente, pues no pude
-Dime que necesitas- Valeria sacó una carpeta de su maleta y me la paso
-Ayúdame a sentarme por favor- le pedí al darme cuenta que no iba a poder revisar aquellos documentos acostado- ¿De qué es esto?- pregunté tomando la carpeta
-Pues verás… Edward canta- empezó a retorcer el extremo de su corbata- pero no ha encontrado patrocinadores buenos… y como tú eres famoso podrías ayudarme a conseguir a alguien que le interese ayudarlo
-¿Edward?- pregunté perdido- ¿Cuál Edward?
-El hijo del doctor
-¡Ah! El Friki- me reí al recordar el apodo que Valentina le había puesto
-No seas así- me regaño molesta- todos merecemos respeto y él nunca te ha hecho nada
-Está bien, no te enojes- dije dándole una mirada a los documentos- pero Vale, porque él no habla con su papá, estoy seguro que el doctor podría ser su principal patrocinador
-Él no quiere tocar el tema de Richard con su papá- mire detalladamente a Valeria, ella había sido amiga del hijo del doctor por años, pero su preocupación ahora era diferente
-¿Por qué quieres ayudarlo?
-Porque es mi amigo- contestó, un poco indecisa
-Está bien- conteste no muy convencido- haré lo posible por ayudarlo, pero tienes que contarme el verdadero motivo- suspiro sin mirarme y se mordió el labio nerviosa y quizás un poco temerosa. La miré atento, pero ella mantuvo su mirada distante
-No quiero que me molestes ¿Ok? Tampoco le vayas a decir a Valentina
-Me estás preocupando- confesé ante tanto rodeo, ella guardó silencio un largo rato, ocasionalmente me miraba, pero al final cuando pensé que me diría algo se arrepintió
-Mejor olvídalo- respondió mientras se giraba hacia mí, Valeria me dio un beso en la mejilla y se paró dispuesta a irse mientras acomodaba la falda de su uniforme
-Vale de verdad dime- la tomé de la mano deteniéndola- sea lo que sea lo entenderé
-Es que estoy confundida- dijo mientras su rostro se sonrojaba- no sé qué hacer- confesó- no sé si sea buena idea contarte, con lo clasista que eres… pues…
-¿Clasista yo?- me sorprendió su observación, pero tal vez tuviera razón- mejor cuéntame ¿A qué te refieres cuando dices que no sabes qué hacer?- Valeria se dejó caer sobre mi cama y me dio una mirada rápida mientras sus mejillas empezaban a ponerse mucho más rojas
-Edward… él…
-Anda, ven cuéntame que es lo que te sucede con Edward- Valeria me miró indecisa pero finalmente se recostó a mi lado y soltó un largo suspiro mientras miraba sus uñas
-Recuerdas el chico que te dije que me gustaba- abrí la boca sorprendido sin poder creerlo, esperaba equivocarme, pero no fue así
-No me digas…- Valeria asintió incómoda y miró hacia la puerta- pero ni siquiera es tu tipo- dije sorprendido- es todo… bueno Valentina tiene razón es muy friki- Valeria intento mirarme mal, pero se veía tan apenada que fue chistoso-¿Que te gusta de él?- Valeria me miro más mal y yo levanté las manos en señal de rendición
-No es un friki, es tímido, tal vez demasiado ido, vive haciendo planes y en ocasiones quiere cosas que van más allá de nosotros, pero es un buen chico, tiene aspiraciones altas, hace todo con excelencia y siempre está dispuesto ayudar a los demás
-Y por eso esta como esta…- observe
-Tal vez le falta autoestima, pero es una de las pocas personas que he conocido que vale la pena. Bebé él no es como lo demás niños que tienen dinero, a él le preocupan cosas mucho más allá que lo material, sueña con hacer un mundo mejor, para él todo tiene solución él nunca se rinde y es lindo…- le pase el brazo por los hombros al comprender que me estaba hablando enserio
-Nunca pensé que alguien como él pudiera gustarte- me sentía consternado con la noticia- mírate, eres hermosa, creí que alguien del estilo de Santiago era más tu tipo…
-Bueno, Santiago es un buen cuñado, pero acabo de darme cuenta que me gustan…
-¿Los frikis?- Valeria tomó la almohada y me golpeo en la cabeza suavemente
-Respeta Alan a ti no te gustaría que te llamaran así- me reí divertido ante su reacción, pero aquello me preocupaba, hasta ahora a Valeria no le había gustado nadie en serio, pero al parecer las cosas habían cambiado. La abracé con cariño y le di un beso en la frente, no podía sentirme feliz por ella, Edward nunca me había agradado demasiado y se debía a Valentina, pero había pasado mucho tiempo y tal vez si había cambiado y ya no era ese chico tonto que dejaba que todos lo molestarán.
-Por eso quieres ayudarlo- comprendí
-Él quiere grabar unas canciones. Unas canciones que compuso su hermano, pero no ha encontrado los medios ni el apoyo, solo quiero que mires su trabajo y si puedes ayudarlo…
-Haré lo que esté en mis manos- tome la carpeta y la coloque en la mesita- Te lo prometo- Valeria me dio un abrazo de agradecimiento, la abracé sin terminar de digerir la noticia
-Mejórate rápido ¿sí?, ya extraño a mi chófer personal- tomó sus cosas listas para marcharse
-Dile al fri… digo a Edward que te lleve a casa
-El pobre no puede mantener una conversación por más de dos minutos sin colapsar- se río y negó- creo que lo he sofocado un poco- la mire con las cejas levantadas esperando una explicación de sus palabras, pero ella me hizo mofa y salió de la habitación
-Ay Vale, Vale. Con que te has enamorado- tome la carpeta que Valeria me había entregado y la mire detalladamente, el chico tenía material, al menos como compositor, pero incluir un nuevo artista en la disquera iba a ser difícil y Valentina ni loca iba a dejar que el grabará en su disquera.
Capitulo 6
Continuara…
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