Con la tierna edad de los seis años tuve que enfrentarme a mis miedos más profundos. No me mires así, Ricardo, que ya sé lo que estás pensando, que soy una dramática y que no sería para tanto. ¡Pues sí! Había rumores por el colegio, los niños te hablaban en susurros sobre Fulanito o Menganita,...
Una chica va de vacaciones a casa de su abuelo, sucesos adversos le acontecen. Un inesperado encuentro la inquieta. ¿ sólo hechos desagradables la aguardan? ¿A la caprichosa jovencita la vida le tiene guardado algo más?
Fragmento del capítulo La noche que se cortó la luz. (…) es en serio, me pasó hace unos años, cuando vivía por el centro, en la 9 de julio. Al lado tenía de vecinos una parejita joven, los dos de veintipico. Se mudaron justo al mes que llegué yo. Tenían un caniche (cuando Conrado dijo...
El monte sin sol La realidad es que ya lo tenía marcado. Ese día, nunca me voy a olvidar, el calor no dio tregua. Aunque era setiembre parecía verano. Acá parece que nunca se acaba el verano. Y los matorrales y el canal que corre más allá al fondo y la gente que es una...
Una extraña mujer de gafas y saco verde es fotografiada en la puerta del edificio de Javiera. No la reconoce como vecina, sin embargo, entra junto a Javiera y se sacan juntas una selfie en el ascensor.
Vacilo, río, tiemblo, niego. Todo ello frente a ti. Te miro con ojos fríos y sin vida, sabiendo que la respuesta a tu sospecha se la llevan los murmullos. Cuando te siento cerca me pongo una máscara. Está tan adherida a mi piel que me la desgarra a trozos cuando intento quitármela. Las cuatro paredes de nuestro hogar me recuerdan...
«En un rincón olvidado de la ciudad, donde las sombras danzan con la melancolía, su existencia transcurría entre las paredes grises desgastadas por los sueños que un día albergó. Susurros emergían de los trazos deshilachados de los tapices de aquellos muros, como recuerdo del desgaste de su alma. A veces salía en las noches, aunque...
El destino unió a dos almas perdidas en una historia de pasión, donde se encontraron una noche de verano, bajo la luz de la luna y un cielo estrellado, que al tocarse labios con labios crecio el fuego entre dos corazones rotos, destino que manifesto no volver a juntarlos.
Tienes miedo. Sientes que tu cuerpo se disipa en el aire sombrío. Llevas unas cuantas horas observándolo con la mirada atormentada. Lloras. No puedes más. Nada parece real. Intentas mejorar tu pose. Tal vez eso te puede salvar. A lo mejor se interesa por tu mueca extraña. Le suplicas, jamás lo habías hecho antes. Le...