El bonsái de eucalipto
Un hombre vino a verme. Cruzó el corto jardín de la entrada de la casa, se detuvo por un segundo a mirar las margaritas y luego tocó la puerta de caoba. Como nadie vino a abrir, echó un ojo por la ventana y vio un bonsái de eucalipto. Espero por siete segundos exactamente y volvió...