El brillante beso del concreto
Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro: «No debí sonreir. No debí aceptarle la lata de cerveza. Debería haberme puesto el cinturón o escoger los asientos traseros. Haber inventado una excusa pero no quise herir sentimientos. Abrir la puerta apenas me di cuenta que estaba ebrio. No debí cantar. No debí reirme de...