Regreso al paraíso
Él ya estaría tomándose un daiquiri en el Malecón, como cada día. Y lo imagino esperándome, anhelante de sexo, para entregarse sumiso a mis caprichos en la cama. Bajo del avión feliz, recordando cada caricia y humedeciendo mis bragas a cada paso, ansiosa por tenerlo entre mis piernas. Me apresuro y tomo el primer taxi....