club de escritura Fundación Escritura(s)-Fuentetaja
2009participaciones
Viajes encadenados (concurso semanal de microrrelatos) 1ª fase: del 30 de enero al 5 de febrero (hasta las 08:00 h)
2ª fase: del 6 al 12 de febrero (hasta las 08:00 h)
3ª fase: del 13 al 19 de febrero (hasta las 08:00 h)
4ª fase: del 20 al 26 de febrero (hasta las 08:00 h)
5ª fase: del 27 de febrero al 4 de marzo (hasta las 08:00 h)
6ª fase: del 5 al 11 de marzo (hasta las 08:00 h)
7ª fase: del 12 al 18 de marzo (hasta las 08:00 h)
8ª fase: del 19 al 25 de marzo (hasta las 08:00 h)
Su barba y su melena expuestas al viento, acompañaron a Chuck Noland, aquel náufrago personificado por Tom Hanks, cuando decidió lanzarse a la mar con su amigo Wilson, en aquel incierto y peligroso viaje. Así, igualmente con dudas, iniciamos un viaje encadenado con una maleta pequeña que, funcionando como una caja de pandora, nos mostró...
En esta maleta no cabe casi nada y hará frío en Oslo. Me puedo poner dos jerséis, dos camisetas y dos pares de calcetines, llevar unas mudas en los bolsillos del anorak y el neceser dentro de la capucha… ¿Hará calor en el avión? No pude resistirme: vuelo de ida y vuelta a Oslo por...
«En esta maleta no cabe casi nada». Dos horas más tarde, el mismo montón de ropa seguía en la cama. Tenía la mirada perdida entre las dobleces de las camisas. Cerró los ojos y volvió a imaginarse su último viaje al sur, las suaves dunas, el cielo estrellado, las cosquillas que Silvia le susurraba, …...
«En esta maleta no cabe casi nada». Esa misma mañana, les habían dado la noticia, les trasladaban. Un golpe en la puerta nos advirtió. Al abrir, sólo una maleta y una notificación con el sello SS. Cómo iba a meter todo, sus manuscritos, las fotos de sus padres … su padre también se había marchado...
«Lástima que no haya billetes para maniquíes, podía haber sido mi oportunidad de salvarla…». Por megafonía de la estación, anunciaban el próximo tren. Corrió al centro comercial, todavía tenía una última oportunidad, con el cambio de estación renovaban los escaparates y … ahí es donde la conoció, ella le sonreía, ella sin decir palabra lo...
Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro que la muerte sería rápida. Y como era de esperar mi vida se retrató en mi mente como prólogo al final. “Aquella primera cita … no terminó bien. Aquel trabajo … por qué me despidieron, malnacidos. Mis padres … nunca aceptaron que fuera yo, bueno tampoco...
«Te regalé una bonita sonrisa de joker, quizás demasiado forzada. ¿Sabes?, cuando apareciste en el vagón 12, destino Calcuta, huía hacia la llamada espiritual. Te convertiste en mi iluminación. Jajaja, ¡cómo no fijarte en mí!, vaya espectáculo, un yogui entre ojiplático y risueño. Quizás es lo que te atrajo hacia mí. ¡Qué extraño!, no recuerdo...
«A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir», con la vista fija en la app de citas, sentado en la barra del bar, remató su segundo orujo, “jefe, otro orujo”. «¡Cruzaría los mares por ella!». Empezó a salivar y sentir calor, sabor alcohol y deseo. «Hoy mismo prepararía el petate». Su dedo se...
En esta maleta no cabe casi nada, dijiste, con tu pesimismo acostumbrado y tu manía de llevarme la contraria. También te quejaste del precio y del color. Pero la maleta era más que un recipiente. Era la ilusión de nuestro viaje a Grecia y los sueños que habíamos metido dentro, incluso antes de comprarla. Lo...
Lástima que no haya billetes para maniquíes porque me iría de aquí hoy mismo. Me marchito en tu escaparate, una jaula de cristal propia de un mono de zoo. ¡Si al menos pudiera elegir qué ropa ponerme! Para colmo, tengo una agencia de viajes enfrente y me paso el día mirando paisajes y ciudades a...
_¡Lástima que no haya billetes para maniquís! _concluyó la telefonista. Ella colgó el teléfono y se giró hacia él: _¿Cómo que …?, ¡cómo que lástima!, ¿lástima?, ya…, de eso, nada. Tú te vienes conmigo, ¡te vienes conmigo! _le grito, tardó un instante en darse cuenta de que todo ese tiempo había mantenido la mirada clavada...
«A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir». Fin. Esperé a que todos los espectadores salieran de la sala, cogí la maleta, subí el estrecho pasillo y, acompañada del traqueteo de mi equipaje, atravesé la puerta. La luz me cegó por un momento, tras él la pequeña ciudad se abrió ante mi llena...
