«Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro? No lo se, pero me indigné al ver que construían una barrera dentro de mi Berlín», recuerda Matthias. Era una noche de Agosto de 1961, él cumplía años ese día y se disponía viajar a Potsdam. «Aún estaban frágiles las paredes que construían. Me abalancé a mi destino y pude derribar algunas lineas. Luego, huí», concluyó.

Historias de viajes que reconducen al origen. En el 1989, Matthias con el trozo de aquella primera pared de la indignidad, retornó a su ciudad.

Ahora los caminos se presentan libre de barreras

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