Una maleta, el diablo y toda la eternidad.
«En esta maleta no cabe casi nada», musitó. Dentro de ella, su amigo Teo ––un lagarto rojo y negro–– duerme la siesta entre camisas de satén. El bicho suspira y se abraza al librito de su amo, un volumen raído por el paso del tiempo de Faust. Desde que comenzó en el oficio del mal,...