A esta gatita aún le quedan muchas vidas por vivir. Ella que nació entre inmundicias, que durmió entre basuras, que comió pescado podrido de los restos de la lonja. Ella que salió adelante de persecuciones municipales, de correrías perrunas, de peleas felinas.

Ella ahora es la más deseada, pero también la más odiada y envidiada. Come lo que encuentra y duerme donde le vence el sueño. Pasea por tejados y buhardillas. Disfruta del aire que mueve sus bigotes y del sol que la calienta.

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