Política de admisión
— Lástima que no haya billetes para maniquíes —me dijeron con desdén en la taquilla —. Son las normas. Cogí mi maleta y me dejé caer en un banco cercano. En la estación, abarrotada de hombres y mujeres, casi no había maniquíes. Cubrí con el abrigo mis piernas de plástico y miré furtivamente a mi...