Anda, corre, salta y no tiene pies
El día que una ola salte más de lo convenido, que en el espesor del bosque no se encuentre la salida o en el que las catedrales adopten una posición para olfatear nubes, ella querría estar ahí, observando, entregada al silencio, dispuesta a callar las cosas que importan, lo que sea por realizar ese viaje...