¡ Madre por favor, ya quiero ver el Mundo!.
Ocho largos meses lleva envuelto en la placenta, recibiendo puntualmente el rico y nutritivo alimento de su madre, a través del cordón umbilical. De vez en cuando cambia de posición ocasionando que Carolina sienta las patadas en su panza, arrancándole una sonrisa de sus labios. Las rápidas caricias le hacen volver al profundo sueño. Quizás...