club de escritura Fundación Escritura(s)-Fuentetaja
369participaciones
El taller de escritura: concurso de microrrelatos Admisión de originales: 15 de mayo a 17 de junio
Periodo de votaciones: 18 de junio a 9 de julio
Fallo del Jurado: 27 de julio
Unas voces lo despertaron: «ese adjetivo no funciona», «le falta vida al personaje», «cuidado con los adverbios, sobre todo con los terminados en -mente». Con ojos temblorosos miró debajo de la cama, registró el baño e inspeccionó la cocina, pero no encontró el origen de los gritos que continuaban mordiendo sus oídos. Abrió la puerta....
– Escriban un cuento sobre un tema libre. -dice Daniella. «Mi corazón se acelera. Mis trémulas manos transpiran, sosteniendo el lápiz con dificultad. Me agito nervioso, tratando de buscar la inspiración, pero mis pies de plomo me aprisionan contra la tierra evitando mi despegue». – Listo, chicos. ¡Tiempo! -dice la profesora. – A ver Juan...
Inserté el último carácter, el punto final de un trabajo que sin duda llamaría la atención del profesor del taller. Orgulloso leía el último párrafo y recordaba los meses encerrado en aquella habitación dando forma a esta historia. Alargué el brazo para aferrar la taza de café que golpeé, derramando su contenido sobre la torre...
Pensaba sobre mi microrrelato y nada, que veo una lámpara sucia, la llevo a casa, la limpio y ¡zas!, el Genio: SOY EL ESCLAVO DE LA LÁMPARA, QUE QUIERE MI AMA. Muerta me quedé. Chilla la zorra del 5º B: «UN POCO DE CONSIDERACIÓN, SON LAS SEIS DE LA MAÑANA Y ALGUNAS TRABAJAMOS DE NOCHE.»...
¡Fantasmagórica mi historia!. Hace dos semanas estaba hablando con mis amigos, que son escritores de historias de terror como yo y decidimos hacer un taller literario en unas cuevas, alejadas de la gente y el ruido. En las cuevas nos fuimos adentrando hasta que la oscuridad nos consumió y allí cada uno contó su historia...
La crueldad despojada de vergüenza surgió bajo los efectos adictivos del bolero de Ravel. Madrugadas extensas y acuosas se fundieron para dejar escapar del teclado la actitud morbosa y cruel de un mimo que sonreía. Mi desnudez fue in crescendo ante el auditorio de rostros expectantes y desconocidos. Lo disfrutabas, tu mirada excitada lo revelaba....
Creí que todo terminaba si nunca lo empezabas, pero los gritos del salón se convirtieron en cartas, aquellas cartas que fueron lo mejor que pude leer esos días, pero como todo empieza, de igual forma termina, las palabras que escuche de tu boca luego se convirtieron en lagrimas y desde luego no puedo olvidar las...
Sentarme en la tranquilidad de mi casa a escribir es mi pasatiempo favorito, siempre lo había hecho sólo para mí, un día me pregunté ¿Qué hay más allá de mis letras? si otro las lee ¿Podrá sentir lo que intento trasmitir? Entonces solicité entre amigos revisaran algunas historias, la respuesta más hermosa fue descubrir que...
Llegó al fin a la vieja casa, la placa en la fachada delataba lo que tras la puerta se escondía. Los duendes que andaba buscando moraban ahí; esos que lograrían extraerle las historias que sin norte, había acumulado a lo largo de su vida, y que por fin verían la luz, organizadas en palabras, líneas,...
Ella me convenció, así que me apunté al taller de escritura. Pero al poco sentí una gran desilusión. Todo me pareció un gran supermercado sobre-abastecido. Más del ochenta por cien del género expuesto era comida basura. Aún así elegí unos productos que me apetecían, que de verdad eran originales y genuinos, pero cuando en la...
Maldita chistera, que desde la eternidad manchaste mi nombre, el nombre de mujer que era limpio y claro. Tú me dejaste sin energía y sin voz, como una piedra inmóvil en el camino de la vida. Y ahora, escondida en este rincón árido y seco del baúl de mis antepasados escuchas los pasos de una...
Con las manos rebalsadas de tinta y de letras, en aquel taller; no pudo evitar amar el clima de esa ciudad enorme, donde los secretos se escondían en las arquitecturas y en las ventanas detallosas, ni pudo evitar amar la noche, bohemia y piadosa, que la llevaba a un mundo de ángeles atrapados en calles...
