Llegó al fin a la vieja casa, la placa en la fachada delataba lo que tras la puerta se escondía. Los duendes que andaba buscando moraban ahí; esos que lograrían extraerle las historias que sin norte, había acumulado a lo largo de su vida, y que por fin verían la luz, organizadas en palabras, líneas, párrafos, hojas, libros!. Y se desocuparían los cajones de su frondosa imaginación para llenarse de nuevo, pero esta vez viviendo.

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