Hacer mío lo que era nuestro.
Salí a la calle y el viento acarició mi mano, pero ya no era la tuya, me costaba mirar el suelo viendo mi sombra, única y tan sola.. Ahora las rosas me las compro yo, tu compras obsequios para cada vez que me olvidas y yo no olvido ni en sueños tus labios pegados a...