Superstición
Clara se levantó tarde la mañana del 16 de mayo. El corazón le pesaba más que cualquier otro día de aquella interminable cuarentena. La pantalla de su móvil mostraba un aviso: 344 mensajes sin leer. Lo apagó y lo dejó tirado sobre las sábanas revueltas. Puso las noticias, más por tener ruido de fondo que...