El enemigo invisible.
Esa mañana se levantó como otra cualquiera, desayuno, se sentó en ese sillón que tanto le gustaba a su nieta y se puso a leer el periódico. Él era un prestigioso médico jubilado, ayudó incluso en lugares remotos del mundo, hundidos por la miseria. Él vivía en un pueblo pequeño, llevaba viudo unos 20 años,...