Mis polluelos
El jilguero se posó como de costumbre en la reja y con su pico comenzó a golpearla. Asomaba otoño y el sol por el este no obstante la taquicardia de una ciudad acostumbrada a los excesos no estaba . El jilguero permaneció y repitió el golpeteo, pero una vez más sin suerte e insistente comenzó a...