JACINTO REYES MONTANER
El Jacinto, como se le conocía a ese flacucho, siempre desgarbado, medio desfajado y medio sucio obrero mal pagado y peor tratado, no tenía estudios. Ni siquiera había concluido la primaria. Tenía, eso sí, una especie de sexto sentido para saber en dónde arriesgar, y en dónde no, sus escasos centavitos pero para desgracia suya...