Ecos de Sonora
―Uno ―dijo el Jaguar, y la cabeza del Chato Vargas estalló de golpe. Después, su cuerpo entero se desplomó sobre la arena. La sangre tiñe rápido la superficie, pero desaparece aún más rápido. La del Chato, en concreto, formó un charco viscoso que se hundía hacia las entrañas de la tierra, arrastrada por los ecos...