Agua limpia
Los puntitos rojos en la pradera verde mejoraban el anodino cuadro que tanto apreciaba Lina. Pero a mí seguía sin gustarme. Me parecía un paisaje tan muerto como lo estaba ella ahora. La sangre había llegado hasta la pared, rociando con múltiples gotas el maldito cuadro. Habían crecido amapolas en la inmensa pradera verde, dándole...