Tres libras esterlinas
En el embarcadero de madera un hombre esperaba solo, mirando al frente con ojos miopes casi cerrados y una sonrisa opaca de incertidumbre. Una pequeña columna de humo gris apareció en el horizonte y, poco a poco, dejó paso a un barco de dos chimeneas que se acercaba con pesadez. Tras un tiempo eterno, dejó...