Solamente un vaso
Otra vez, el abuelo, cansado de las palabras del médico…”Solamente un vaso”, a lo que respondía revoleando los ojitos verdes para mostrar disconformidad. Su hija y su nieta, le hacían cumplir con riguroso control cada recomendación; claro, era por su bien. Lo amaban tanto, que lo cuidaban como si fuera de cristal. Manuel, llevaba guardados...